El Ministro Oddone y los más reconocidos expertos, sostienen que el mayor desafío que tiene Uruguay, es hacer crecer su economía. Sin crecimiento no se podrán mantener las políticas sociales para frenar la emigración, como tampoco disminuir la marginación y la delincuencia. Ni menos aún reducir el endeudamiento para mantener la burocracia estatal.
En los últimos decenios, Uruguay intentó hacer crecer su economía mediante las zonas francas y la ley de promoción de inversiones. En ambos casos, a través de desgravaciones tributarias y franquicias, las empresas que se amparan a esos regímenes, tienen un costo de producción menor, que les permite competir en el mercado internacional; posibilidad que en general no tienen otras empresas, dentro del régimen tributario común, salvo las que exportan materia prima como carne o productos agrícolas.
Esa política de desgravación tributaria y franquicias dio resultados casi exclusivamente en la zona metropolitana y proximidades. Lo cual tiene su explicación ya que allí se encuentran todos los servicios que las empresas exportadoras necesitan para funcionar, como las secciones más importantes de oficinas y empresas estatales, puerto y aeropuerto internacional, profesionales y técnicos de las más diversas especialidades, mano de obra calificada, etc.
Lejanía de la Capital
Fuera de esa región funcionan las pasteras de UPM, instaladas en zonas francas de Río Negro y Durazno, pero ambas tienen además un estímulo especial en materia de transporte para sus grandes cargas. UPM 1 en su proximidad a los puertos de aguas profundas de Fray Bentos y Nueva Palmira. Para UPM 2 el Estado construyó un tren, para acceder al puerto de Montevideo.
En el caso de lugares como Salto, a 500 km de la Capital, sólo podría instalarse una empresa industrial o de servicios con capacidad exportadora –bajo las desgravaciones o franquicias que otorgan las zonas francas o la ley de promoción de inversiones- si existiera además un estímulo especial que pueda compensar los sobrecostos asociados a la distancia.
Energía abundante y barata
Ese estímulo, en el caso de Salto, puede ser la abundante energía eléctrica que genera la Represa hidroeléctrica de Salto Grande, así como los parques eólicos y solares instalados; y muchísimos más que se pueden seguir instalando. Una considerable rebaja en la tarifa de esa energía eléctrica, que en el lugar se produce a costos muy reducidos, puede ser el estímulo especial para que allí se instalen empresas exportadoras, que hagan crecer la economía local, y de ese modo se comience a superar la postergación de todo orden en que hoy se encuentran, ciudad y Departamento.
El Estado se endeudó en tres mil millones de dólares, con más sus intereses, para financiar la construcción del Ferrocarril Central, que por ahora sólo lo usa UPM 2. El costo de la rebaja en la tarifa eléctrica, por más cuantioso que fuere, sería sin dudas de un monto menor y además en forma transitoria, porque desde que comiencen a instalarse empresas exportadoras la economía de la zona crecerá, lo cual entre otros efectos positivos, generará más tributación para las arcas estatales.
Carlos Texeira Varesi