La inundación del río Uruguay hace visible algunos problemas ambientales de nuestra ciudad.
Salto, creció sobre una topografía quebrada que genera varias cuencas y subcuencas de arroyos y cañadas que finalmente desembocan en el río Uruguay.
El mayor drama es que se inunda un poco y surgen los primeros desplazados, que viven en una situación de vulnerabilidad ambiental y social que se agrava por tener que abandonar el lugar de residencia. Muchas veces pierden todo y tienen que empezar desde cero.
Se ven zonas de la ciudad, que se reducen las opciones para la movilidad y hay que dar algunas vueltas para llegar a los destinos habituales. Muchas veces queda una sola alternativa, como por ejemplo entre la zona del centro y Salto Nuevo.
También demuestra que el vínculo de la sociedad con el lugar no es de los mejores.
Empezamos a notar que Salto está llena de cursos de agua que a lo largo del tiempo, en un proceso de domesticación de la naturaleza fueron alterados y escondidos y como no se ven se usan como vías para el transporte de diferentes residuos, sólidos y líquidos, muchas veces fácilmente detectables con la vista y el olfato, pero que los alejamos y terminan contaminando el río.
La basura es un problema importante en muchas ciudades y Salto no está ajena. Seguramente incidan algunos déficits de la gestión de la Intendencia, pero quizá su mayor fortaleza está en la recolección.
Tienen que ver en la existencia de residuos líquidos, de saneamientos domiciliarios, por vertidos directos o roturas en las redes, pero también de otros orígenes, algunos de los cuales le dan un color tornasolado a la superficie, otros no se ven, pero están ahí, lo demuestra el monitoreo de calidad de aguas que desde hace años llevan adelante docentes de la Universidad en el arroyo Ceibal.
La creciente hace visible estos problemas. Seguramente existan muchas razones.
Tiene que ver la forma en la cual se construyó la ciudad.
Los cursos de agua era la forma de transportar desechos y por tanto siempre se los trató de esconder o pasarle por arriba con infraestructura, pero nunca como parte de una característica del medio físico que había que cuidar.
Se implantó el amanzanamiento sin considerar la naturaleza y muchas veces los arroyos y cañadas atraviesan padrones privados y aparecen en el espacio público recién en puentes o alcantarillas cuando cruzan debajo las calles. En muchos de esos casos con barandas macizas para ocultarlos.
Tiene que ver la cultura ciudadana, las prácticas contemporáneas que llevan adelante sus habitantes.
Seguramente incida que los espacios públicos se limpian poco o mal, ya casi no se barren ni lavan las veredas y muchas veces, cuando se hace no se junta y queda un montoncito de basura al lado del cordón esperando que alguien lo lleve. Ese alguien será alguna lluvia que lava y escurre por superficie hasta los arroyos. Probablemente, en algunas zonas se extraña el servicio de barrido de la Intendencia.
Hay cuestiones de difícil compresión, que llevan a preguntar para tratar de entender los motivos y actuar en consecuencia, por ejemplo razones para que aparezcan flotando residuos sólidos o líquidos tornasolados en los cursos de agua.
Preguntar si los salteños somos conscientes de la situación y estamos dispuestos a cambiar nuestro comportamiento individual y también si estamos dispuestos a, proceso planificador mediante invertir recursos para disminuir la vulnerabilidad y cantidad de los inundados.
Parecen caminos para que nuestra sociedad esté en un mejor lugar, con un medio ambiente acorde para mejorar la calidad de vida de todas las personas.
Arq. Rogelio Texeira
Director de obras I. de Salto (2005-2010); Delegado uruguayo ante CARU (2015-2020)