El gobierno convocará a un dialogo para modificar el sistema de seguridad social, dentro del cual se encuentran las jubilaciones.
El sistema jubilatorio estaba originalmente financiado con aportes de trabajadores activos y empresas, que formarían un capital generador de rentas para pagar jubilaciones. Fórmula similar para funcionarios públicos, profesionales liberales y bancarios.
Crisis del sistema de aportes
En el BPS el sistema jubilatorio entró en crisis hace varias décadas, por diversos factores. La inflación hizo perder valor al capital formado, por haberlo invertido en bonos del gobierno, entonces no reajustables. Pasividades servidas a no aportantes. Jubilaciones privilegiadas como la Ley madre y el famoso 383 para ex jerarcas públicos. La prolongación de la vida humana y la disminución de nacimientos. Estos dos últimos serán permanentes y significa menos aportantes y más jubilados que cobrarán durante más tiempo.
Por tales razones, desde hace muchos años el dinero de los aportes, no alcanza para pagar jubilaciones y pensiones; y cada vez faltará más.
Tapando el agujero
La diferencia se cubre con impuestos, Actualmente equivalen a 8 puntos del IVA que van al BPS. En 2024 el IVA recaudó más de trescientos mil millones de pesos ($314.127.000.000). Ocho puntos de los veintidós (22%), que es su tasa máxima, importaron más de cincuenta mil millones de pesos ($53.687.000.000.-) ese año. En el futuro será más. Habría que aumentar impuestos o endeudarse. Ambas opciones frenan el crecimiento económico, lo que significa más pobreza.
Un país para vacacionar o retirarse
Los actuales aportes obrero-patronales son una carga muy grande para las empresas. Al empresario, por ser responsable de los aportes patronales y de los trabajadores, le significa un encarecimiento de la mano de obra. Ello frena la contratación de nuevos trabajadores.
Crear y hacer funcionar una empresa requiere dinero. Esa inversión dineraria trae como consecuencia, tener que pagar aportes a la seguridad social, tasas e impuestos varios; amén de correr el riesgo de que el emprendimiento fracase. En cambio, si ese dinero se presta al gobierno, en títulos de deuda pública, no corre riesgo alguno, no paga aportes u otros tributos y recibe un interés. La contradicción no puede ser más clara.
Uruguay se ha transformado en “un buen lugar para vacacionar o retirarse” (Oddone: El Despegue. Pág. 443).
Qué hacer
Hay que financiar de otra forma jubilaciones y pensiones, para que se puedan seguir pagando.
A nuestro entender debería crearse un sistema pensionario, complementado con ahorros voluntarios. PENSIONES: toda persona que por su edad u otro motivo, no pueda trabajar, recibiría del Estado una pensión de subsistencia, financiada con impuestos. De esa forma se financian actualmente salud y educación públicas.
SISTEMA DE AHORRO VOLUNTARIO: a ser utilizado por quienes tengan capacidad para ello. A tal fin se reconvertirían las actuales Afaps y las cajas paraestatales (Profesionales Universitarios, Notarial y Bancaria), dejándose abierta la posibilidad de otros tipos de ahorro previsional. Quedando todos los sistemas de ahorro bajo la superintendencia del Banco Central, u otra autoridad pública, a efectos de controlar a esas administradoras del ahorro.
Tal sistema sería menos gravoso para las arcas del Estado. Un Estado ya fuertemente endeudado, como el uruguayo, no podrá pagar en el futuro las jubilaciones o, en el mejor de los casos, pagará miserias.
A su vez, al aliviar a la Caja del Estado con la nueva financiación, las pensiones de subsistencia podrán ser muy superiores a las actuales pensiones a la vejez.
El sistema vigente en la construcción
Que otro sistema de financiación es posible, lo demuestra el sector de la construcción formal. Actualmente toda la seguridad social del personal de obra (obreros, capataces, ingenieros, choferes, etc.), que es aproximadamente el noventa y cinco por ciento (95%) de una empresa, no se financia con el sistema común de aportes. Toda la tributación es de cargo exclusivo del dueño de la obra y a su vez los trabajadores tienen asegurada jubilación, aguinaldo, salario vacacional, directamente por el Estado. Incluso no tienen necesidad de ir a la vía judicial para hacer valer esos derechos, como sucede muchas veces en el resto de la actividad privada. Por su lado, las empresas como, salvo ese 5%, no son responsables por aportes, aguinaldos, ni salario vacacional, no ven incrementado el costo de la mano de obra. No hay freno para contratar más personal.
Tal cobertura no cubre a la construcción informal (ladrilleros, fabricantes artesanales de bloques, cuentapropistas, etc.) que incluye muchos miles de personas, carentes de toda cobertura de seguridad social. Con lo que proponemos, también estos informales tendrán derecho a la pensión de subsistencia.
El sistema propuesto requerirá un período de transición, entre el actual y el nuevo, cuya finalidad principal será el respeto de los derechos adquiridos por los actuales aportantes.
Carlos Texeira Varesi – Abogado jubilado