“Retrato de Relicario” (Por el Lic. Pablo Sánchez)

“Retrato de Relicario” (Por el Lic. Pablo Sánchez)

“RETRATO DE RELICARIO”

Mirando a Juan Martinez “Juancho”

Propuesta Acción / Performatica

Colectivo Artistico: Luciana Mussetti, Lucila Rapetti, Laura Troncoso, Marcelo Hernández, Catalina Sánchez, Ileana Mayer, Luciano Battistutta, Daniel Pavelesky y Pablo Sánchez

Por Lic. Pablo Sanchez

 Amo lo extraño

Y la noche alta es una fiesta

Donde en la colina alborozada de las estrellas

festejan los elefantes y las bengalas

y se manifiesta la riqueza de las palabras

y el canto llega hasta que la alta noche

me encuentra tendido, desdoblado, exhausto

Allí asistí a la muerte de las mandrágoras.

Pero ellas continúan viviendo,

Pues podía ver el latido de sus raíces…

“Juancho”

(Fragmento)

   Retrato de Relicario… como un lugar/ no lugar donde lo atemporal se pausa, se detiene en acción, la muerte como nacimiento,  como música congelada que protege un cuerpo cuyo aleteo de sus extensiones,  lo despegan de esa  celda y lo  elevan hasta lo más alto, hasta el zenit emocional  para descender luego en  caída libre, en picada,  hacia  su mayor consuelo. Allí, acurrucado en ese cuenco natural adopta su  forma /ovillo…cierra sus pequeños ojos, hace como si durmiera para concebir el sueño,  dormita plácidamente  hasta que se vislumbre  un nuevo comenzar. Este  ritual sucede porque los hilos invisibles nunca dejaron de estar tensos, nunca dejaron de dejar fluir la energía,  las  musas se encargaron de que el bucle  no se detuviera y que los cronopios no pausaran su existencia, que permanecieran sin estar, que fueran en lo invisible y se mostraran en lo oculto.

Desde los lugares ya anteriormente mencionados en párrafos anteriores, las cercanías con la impronta de “Juancho” son, desde nuestra lectura, muy variadas y la en la búsqueda  nos resultó inevitable conectar con los  seres de carácter divino, cuya principal característica en común es la posesión de alas , considerando a las alas  como un símbolo de poder y una representación de libertad.

Una de las simbologías más extendidas de las aves es la de representación del alma. El testimonio más antiguo de la creencia en las almas-pájaros está, sin duda, contenido en el mito de Fénix, ave de fuego de color púrpura; es decir, compuesta de fuerza vital.

Según decía Plinio, los  seres alados como las águilas eran un símbolo de poder y victoria. Chevalier coincide con él diciendo que “La cultura romana imperial vio en el águila un pájaro glorioso, emblema de su triunfo universal sobre las demás naciones”

Las alas también constituyen un gran significado de libertad en múltiples culturas, ya que, como se sabe, las alas suponen el espíritu del vuelo y la elevación hasta el cielo.

La representación de estos seres y deidades mantiene una clara relación entre ellos, no solo por el hecho único de tener alas, sino por el hecho de que todos ellos contienen un significado de poder para el ser humano y muchas culturas los han utilizado como símbolos de libertad hasta el día de hoy.

El recorrido fue muy amplio, y en dicha indagación llegamos una referencia que nos pareció la más cercana a nuestros intereses estéticos : Shang Yang.

   Los agricultores chinos disponen del pájaro llamado shang yang para obtener la lluvia. Tiene una sola pata; en épocas antiguas los niños saltaban en un pie y fruncían las cejas afirmando: “Lloverá porque está retozando el shang yang”. Se refieren, en efecto, a que bebe el agua de los ríos y la deja caer sobre la tierra.

Un antiguo sabio lo domesticó y solía llevarlo en la manga. Los historiadores registran que se paseó una vez ante el trono del príncipe Ch’i, agitando las alas y dando brincos. El príncipe, alarmado, envió a uno de sus ministros a la corte de Lu, para consultar a Confucio. Éste predijo que el shang yang produciría inundaciones en la región y en las comarcas adyacentes. Aconsejó la construcción de diques y canales. El príncipe acató las admoniciones del maestro, y evitó así grandes desastres.”

“Juancho”, como ese Ser Alado imaginado,  conoció otros mundos: lugares de convulsión, infiernos anchos. Fue inquilino del espanto, pero también tuvo su cielo. La memoria fue el motor de explosión de su desamparo. Una poderosa vocación de recordar y hacer de su biografía el precio exacto de tanta penumbra y desmesura…A lo que me dedico es al dolor para dar sentido y forma a la frustración y el sufrimiento. Lo escribió y lo dijo. Porque a hurgarse por dentro dedicó buena parte de su obra. Su obra fascinante. Su obra física, mental, intelectual. No hizo del arte un remedio, sino un viaje crispado alrededor de sus demonios. Estaba convencido de que la gente feliz no tiene historias. Procesaba la vida modelando sus traumas, su ansiedad, con una vocación confesional. El mapa de su vida son sus piezas. Fue incansable hasta el final: dibujos, pinturas, performances, poesía…

“Como una Estructura de su existencia: las Jaulas…que señalan tanto el espacio individual de una cárcel o un monasterio como la célula biológica de un organismo vivo. Y en esa ambigüedad reside, en esta lectura / creación,  parte de la obra de “Juancho”… reinventó sus métodos de trabajo y probó con todos los materiales posibles para dar sitio y sentido al geiser de una emocionalidad que tiene sus raíces en el miedo, en el disfraz, en el espejo, en el voyeurismo, en la necesidad de inventarse, de integrarse, de mezclarse o destruirse. Estas las jaulas como celdas, pero también son furias puestas en pie. Traumas y peligros que toman forma, como una arquitectura inadecuada, como una liberación de lo que guarda toda intimidad averiada y su alfabeto de histerias…

Las jaulas en la propia arquitectura, como constituir un espacio real en el que se  pueda entrar y por el que pueda moverse. Experiencia de un espacio  paseable, incluso navegables desde el ánimo de quien mira. Universos dentro de jaulas. Otras periferias. Habitáculos de puertas viejas e invadidas por objetos de naturaleza orgánica, de materias “pobres”. Materiales de derribo de la memoria. También el contrapeso de los sexos. Incluso el rumor de ese ruido tan triste que hacen dos cuerpos cuando se aman. Símbolos sin cesar.

Los  hilos como la otra comunidad… ese hilo que lleva al origen,  que descomunalmente   hilvana su tela y es madre y crimen al mismo tiempo… EL TIEMPO…la vida sucediendo…todos los ingredientes necesarios… allí donde pasado y presente se conjugan con una brutalidad delicadísima. Allí donde sentir convoca sin remedio un peligro hermoso… “Juancho”.

Max Ernst (1891-1976), una de las figuras fundamentales del movimiento surrealista, se refiere constantemente a la necesidad que siente el nuevo hombre de liberarse de las ataduras y los convencionalismos de su antigua situación y a los procedimientos artísticos como uno de los caminos que conducen a esa liberación.

Ernst declara su fascinación por el concepto de jaula y su convencimiento de que todos vivimos en jaulas de las que de uno u otro modo tratamos de escapar.

 Como colectivo conformado por: Luciana Mussetti, Lucila Rapetti, Laura Troncoso, Marcelo Hernández, Catalina Sánchez, Ileana Mayer, Luciano Battistutta, Daniel Pavelesky y Pablo Sánchez; decidimos vivir un proceso basado en la materialización de una “lectura” sobre el universo creativo de “Juancho”, un acto creativo propio y personal que no busca ningún tipo de reproducción literal. Tampoco es la idea que la propuesta desarrolle un recorrido cronológico ni biográfico  sobre la labor artística de “Juancho” sino que compartir un concepto sobre el creador.

Este compartir performatico sucederá  en la Sala “El Anden” durante el mes de Octubre sobre el cual se irán facilitando los datos formales como invitación a todo el público salteño.

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