Salto otros aportes 6. Por Jean Portugau

Salto otros aportes 6. Por Jean Portugau

En el siglo XVIII, el patio de atrás, fue moneda de cambio.

La fundación de Colonia en 1680 por portugueses, y su inmediato sitio por parte del ejército español, compuesto mayoritariamente por soldados nativos de las Misiones, quienes logran una rotunda victoria, tomando a Lobo (portugués) como prisionero, para en 1681 devolverla, luego de un acuerdo en Europa, se puede decir que es el inicio serio y definitivo, de la ocupación de la Banda Oriental.

Este territorio en disputa ( y a la vez en arreglos), por sucesivas guerras, tratados, intereses, matrimonios e indamais, que se sucedían en la vieja Europa, era tierra de nadie, habitada por nativos (guenoas, charrúas, chanas, guaraní) y a la vez tierra de todos. En su vasto territorio, la sociedad colonial del Rio de la Plata, sabedora de la riqueza en abundancia del ganado que poblaba la Banda Oriental, desarrollaba todo tipo de negocios, básicamente en la actividad ganadera y el contrabando. Por supuesto que con la complicidad de las autoridades, evitando cualquier tipo de rendición de cuentas y enriqueciendo algunos bolsillos.

Las coronas (españolas y portuguesas) comienzan a incentivar movimientos poblacionales, tierra adentro. Montevideo y Rio Grande viven sus procesos fundacionales. Los pueblos originarios, ven como día a día se reduce su movilidad y son tratados vilmente, y a pesar de mostrar su hostilidad hacia las nuevas ciudades, su derrota y expulsión ya perfilaba como sellada. Encuentran al norte del Rio Negro y al oriente del Uruguay, un refugio temporal, así nos lo cuenta Eduardo Acosta y Lara en su “Guerra de los Charrúas”, donde nos habla de campamentos en el Arapey y el Dayman.

Guerra Guaranítica

Los diversos cruces entre los nativos no cesaron, pero el Tratado de Madrid de 1750, generó una reacción de solidaridad, entre los guaraní y la macro etnia charrúa. Hay abundante prueba de su cooperación, la mayor alianza interétnica, registrada. Aunque también existen testimonios que demuestran presencia nativa en filas españolas y portuguesas. El Tratado en cuestión, negociado en Europa, suponía la entrega de las ciudades misioneras a Portugal, obligando a sus habitantes al abandono de las mismas, comprometiendo a los ejércitos reales, a hacer efectiva tal disposición.

http://idioma-guarani.blogspot.com/2012/01/guerra-guaranitica.html

Lo cierto es que a mediados de la década de 1750, hubo un fuerte enfrentamiento entre los  desplazados habitantes de las misiones, contra los portugueses y españoles, otrora enemigos y en ese tiempo, despiadados conquistadores con sus leyes monárquicas. La Guerra Guaranitica.

En una carta que dirigieron los caciques, de distintas misiones, al gobernador Andonaegui, se puede leer; “Nuestros padres, nuestros abuelos, nuestros hermanos han peleado bajo el estandarte real, muchas veces contra los portugueses, muchas veces contra los salvajes; quién puede decir cuántos de ellos cayeron en los campos de batalla, o delante los muros de la tantas veces sitiada Nueva Colonia. Nosotros mismos nuestras cicatrices podemos mostrar en prueba de nuestra fidelidad y de nuestro valor.”  Es preciso mencionar, que en la segunda expulsión de los portugueses de Colonia, se registran más de 4.000 soldados de las misiones, en las tropas españolas, además del ya mencionado episodio del Yi, entre otros. Numerosas delegaciones de nativos, son requeridas permanentemente como apoyo y mano de obra, para cada ocasión que los gobernadores así lo entendían, el servicio militar era ley en las misiones.

Los guaraní y los nativos que poblaban las misiones, le declaran la guerra a las dos coronas.” En 1754 luego de juntar fuerzas en el Rincón de Haedo, Andonaegui subía hasta Yapeyu. Sin embargo el mal tiempo imposibilitó la campaña y una columna destacada hacia Yapeyú fue aniquilada por los guaraníes al mando de Rafael Paracatú, cacique de Yapeyú, por lo que Andonaegui desistió de continuar y se retiró desde el río Ibicuy hasta el Salto Chico del río Uruguay el 10 de agosto, siendo hostilizadas sus tropas por los rebeldes, aunque lograron capturar a Paracatú en el combate del Daymán y llevarlo a Buenos Aires.” (wikipedia)

Quien asume como jefe supremo, de los desplazados, es el cacique Sepé o Sepee, cuyo nombre de bautismo era José Sepé Tiarayú. Nombre que se repite en nuestra historia, años después comandando otra rebelión, luego de una traición, la historia se repite.

Sepé Tiarayú (reducción de San Luis Gonzagasiglo XVIII – río Vacacaí7 de febrero de 1756) fue un caudillo guaraní de las Misiones Orientales que actualmente es considerado un santo popular en Río Grande del SurSanta Catarina y la provincia argentina de Misiones.

Foto De Danúbio Gonçalves foto de Eugenio Hansen, OFS – Fotografía propia Corte de Image: Memorial da Epopeia Riograndense 80.jpg, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=9791407

En ese momento (1756) es que se produce el primer intento de consolidar una fortificación a las orillas del San Antonio, por Viana, mencionada por mí en el primer aporte.

Otras subversiones se van a dar en el siglo, la rebelión Comunera o la de Tupac Amaru, ubicadas más cerca, van presagiando otras revoluciones.

Hacia fines del siglo, un hombre que transpiraba Justicia, elegirá este mismo territorio al norte del Rio Negro, donde forjara su personalidad. Dicen que en los campos de Arerungua izara su primera bandera, y en su escudo la presencia de nuestros nativos estará reflejada.

http://mas-historia.blogspot.com/2018/11/escudo-de-la-provincia-oriental.html

José Gervasio Artigas, nacido en Montevideo, de abuelos españoles, será sin duda un gran líder, para nuestros desplazados pueblos originarios.

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