En la tardecita de ayer, en el marco de sus 25 años la Alianza Progresista, del Frente Amplio inauguró la biblioteca “Héctor Esteves”.
Frente a un marco de público integrado por familiares, amigos y compañeros de la actividad política, se destacaron las dotes personales de Esteves como hombre afable, lúcido de mirada larga, de una actividad pública permanente, sin estridencias pero de firmes convicciones democráticas y progresistas. Un hombre respetado por propios y ajenos.
Don Héctor fue un destacado comerciante, que comenzó la actividad una vez que finalizó el liceo y a los 16 años empezó a trabajar “llevando los libros” de farmacia Migliaro y de El Revoltijo, de mañana en uno y de tarde en el otro. Después con almacén propio, desde donde comenzó a recorrer el interior y logró organizar la Distribuidora Salto que llegaba con mercadería a todo el departamento.
Fue un fuerte defensor de la importancia de brindar oportunidades de formación para los jóvenes de Salto, y en ese sentido fue uno de los impulsores de la descentralización respaldando los cursos de la Universidad en el norte.
Desde la actividad política, jugó un rol destacado en defensa de la democracia en la lucha contra la dictadura, donde se destaca su participación en el ayuno por la liberación de Wilson Ferreira, de quien era uno de los principales referentes en Salto.
Posteriormente, al ver que su partido tomaba un rumbo diferente al del wilsonismo, fue un artífice importante en la conformación del Encuentro Progresista (un jalón importantísimo en el proceso de acumulación de los progresistas en el Uruguay, traducido en el Tabaré-Nin) que lo tuvo como uno de los firmantes del acta de fundación en el Palacio Legislativo.
Hombre estudioso, interesado en la información política, que apostaba a la construcción de un mejor Uruguay para todos los uruguayos.
En la oportunidad, hicieron uso de la palabra, el arq. Rogelio Texeira en represetación de los organizadores y la Prof. Elena Esteves, hija del homenajeado quien agradeció la iniciativa, cerró la oratoria el Arq. Juan Carlos Ferreira con una emotiva semblanza de Don Héctor. Para finalizar se descubrió una foto que engalana la sala especialmente acondicionada.