Hace poco nos enviaron una placa que aparece en faceboock con la conformación del ejecutivo departamental de ganar el Médico Carlos Albisu y entre los primeros comentarios alguien aclara de que es falso.
Es posible que algunos de los nombres allí presentados no estén en el próximo gabinete departamental, seguramente si los que ya ha presentado cuando oficialmente puso a consideración de la ciudadanía su propuesta programática. Entendemos nosotros pero no nos animamos a asegurar que así se dé, en el caso de los nombres porque de las propuestas varias son irrealizables y todos lo saben.
Entre las personas que hace referencia y dejándolo como cierre o broche de oro se encuentra como asesor German Coutinho. No podemos afirmar que se le asigne oficialmente esa tarea pero menos podemos negarlo, porque más allá de que exista o no la designación en esos términos la realidad política del departamento está impregnada por la gestión de Coutinho y su equipo.
En el 2010 cuando asume como intendente electo, después de una experiencia como director de Juventud y Deportes del último gobierno de Malaquina (2000-2005), conforma un equipo de gobierno donde participan dirigentes del partido Blanco (entre ellos Albisu como director de Salud) el departamento toma un nuevo rumbo, se redefinen lineamientos políticos, reaparecen viejas prácticas partidarias y comienza la restauración neoliberal.
Desde iniciada la campaña electoral de esos años hasta ahora los dirigentes de todos los partidos, caudillos territoriales y barriales, dirigentes sociales y gremiales han estado en constante campaña electoral, el accionar político se centra en juntar votos.
De un debate de ideas, de objetivos ulteriores, de programa y plan de gobierno, de estrategia y táctica, la gente y su realidad son temas totalmente ajenos, se pasa a negociar votos y puestos, por tantos votos tal cargo y eso generó una gran movilidad intra partidaria como también extra partidaria. Se han vivido “periodos de pases” y de creaciones de agrupamientos y listas como nunca antes visto.
El gobierno departamental iniciado en el 2010, el peor hasta ahora conocido del periodo post dictadura, dio paso a la mercantilización de la actividad política, no solo el favor o la “gauchada” al decir de Besozzi en pos del voto cautivo, sino la militancia y la participación en la actividad política pasó a una semi profesionalización por un trabajo temporario (contrato zafral o por algunos meses), o ingreso a la plantilla municipal, por ascenso en el escalafón, o compensaciones, etc. beneficiando directamente al militante o dirigente como algún pariente cercano.
Un recurso altamente usado ha sido el ingreso masivo de funcionarios por designación directa, alrededor de 500 personas en la administración del partido Colorado y el ejemplo más destacado fue CTM-Salto Grande bajo la presidencia del candidato Albisu, tan exagerado el clientelismo que recibió la reprobación de la cámara de diputados en pleno. Poco importó dicha resolución para los dirigentes locales de la derecha, los beneficiados por designación del candidato blanco con un puesto bien remunerado hicieron caso omiso.
La gauchada entendida por Besozzi (y todos sus defensores), como los sueldos, los ascensos, las compensaciones, los contratos y compras directas son financiados con dineros públicos. Nada sale de los bolsillos o cuentas de quienes deciden. Como el escandaloso incentivo de retiro al funcionario de seguridad de CTM-Salto Grande Sr. Gelpi.
Los liberales han invertido décadas para argumentar en contra del Estado, el peso en la economía, el freno al desarrollo, lo inoperante de las empresas publicas pero no han dejado de ingresar gente en las plantillas más allá de la necesidad operativa, y de lo que nunca han dejado de hacer es compras y contrataciones poco beneficiosas para el estado uruguayo y si muy provechosas para sus vínculos políticos, económicos, comerciales, familiares, etc.
A partir del 2010 el concurso y el sorteo para ingresar a la intendencia como en la gestión blanca de CTM -Salto Grande brillaron por su ausencia.
En el ámbito de la gestión ha primado la verticalidad, con peso superlativo del Intendente y de la Secretaría General, visto en los últimos 3 gobiernos departamentales. Por otra parte y como sostén de lo primero, precariedad y movilidad de las direcciones y de los asesores, una junta departamental ignorada y con mayorías obsecuentes.
En este caso el candidato blanco demostró que había aprendido bien en el gobierno departamental junto a Coutinho, en el poco tiempo que estuvo de presidente de la delegación uruguaya en CTM desarrolló una gestión vertical, clientelar y de suma desprolijidad financiera, mostrando sus “virtudes”.
El asesoramiento está presente.
Fernando “Pico” Menoni