“EL BUCLE INTERMINABLE” “Visitas”… lo escénico latente (Por Pablo Sánchez)

“EL BUCLE INTERMINABLE” “Visitas”… lo escénico latente (Por Pablo Sánchez)

 “No hay mejor amor que el que nunca ha sido. Los romances que alcanzan a completarse conducen inevitablemente al desengaño, al encono o a la paciencia; los amores incompletos son siempre capullo, son siempre pasión.”

…Es que el amor es una construcción sumamente subjetiva.

‘’Si me promete no decírselo a nadie, voy a contarle algo: el gualicho no existe. Lo que traje a este pueblo es un yuyo cualquiera, creo que contra el resfrío. Pero la gente creyó que enamoraba. Y enamorarse es creer que uno se enamora’’.

ALEJANDRO  DOLINA

Pero hay algo que no sabe la muerte y es que no puede llevarse consigo, los afectos, las emociones y experiencias vivídas, las ideas, las palabras. Sin saberlo la parka,  la irracional señora, es una perdedora que nunca conseguirá arrancar del todo de nuestras vidas a aquellos que dejan un buen recuerdo, porque a propósito de recuerdo … RECORDAR: Del latín re-cordis es volver a pasar por el corazón…

EDUARDO  GALEANO

Luego de trece compartires escénicos de  “Visitas”,  por KalkañaTeatroSalto (Daniel Paveleski, Luciano Battistutta, Ileana Mayer y Pablo Sanchez), llego a su cierre/apertura como un ciclo vivido como interminable, como un nuevo comenzar, como un vivir constante con escencia de libertad… URUBOROS.

El uróboro simboliza el ciclo eterno de las cosas, también el esfuerzo eterno, la lucha eterna o bien el esfuerzo inútil, ya que el ciclo vuelve a comenzar a pesar de las acciones para impedirlo.

El uróboro (también ouroboro o uroboro) (del griego οὐροβóρος [ὄφις], ‘[serpiente] que se come la cola’, a su vez de οὐρά, ‘cola’, y βόρος, ‘que come’) es un símbolo que muestra a una serpiente o dragón engullendo su propia cola y formando un círculo con su cuerpo.

La experiencia de “Visitas” fue vivenciada de forma y manera circular, dadas las distintas experiencias durante su proceso (inundaciones, acertijos multiples, etc), el volver a nacer fue constante así como también su poder de mutación y de metamorfosearse en cada situación.

El carácter efímero de “Visitas” como propuesta en si, como la naturaleza cíclica de las cosas y a la idea del eterno final, eterno retorno y eterno comienzo.

Como cuerpo creativo KalkañalTeatroSalto “ve” y siente el arte teatral como una asociación a la naturaleza cíclica del tiempo. Considerando que  cada  instante presente es eternamente devorado por el instante futuro, constituyendo una secuencia infinita de instantes que mueren y renacen a cada momento como escenas interminables de una obra.

Es pausar y volver a subir la mirada hacia otro despertar, girar, dar vueltas, volver a girar…y volver a preguntarnos, cuestionarnos para volver a crear:

Como grupo KalkañalTeatroSalto se cuestiona el aparente sinfín de la búsqueda humana por un hacer/producir/progresar/proyectar/ crear/re-crear. La humanidad actual insiste en encontrar algo hacia lo cual proyectarse, ¿aferrarse quizás?, ¿cuál es o son esas metas individuales y colectivas hacia las cuales se proyecta con una velocidad cada vez más vertiginosa? A dónde realmente creemos ir no solo como humanidad en su compleja interconexión, sino también como seres separados, individuales; porque en ese avanzar, cada vez más frenético, se ha asentado una distancia con todo otro ser del planeta, una distancia individuo a individuo, humano a huma-no.

A partir de este cuestionamiento y de los interminables signos de interrogación, ha empezado a aparecer, muy lentamente un paisaje en círculo contínuo: un camino que no conduce a ningún lugar, un giro sin fin…

Conceptualmente, Uroboros, según la alquimia es la unidad de todas las cosas, materiales y espirituales, que nunca desaparecen. Así comienza a circular el movimiento. Es continuo y no se detiene. La forma se desvanece en un ciclo eterno de destrucción y nueva creación. Un ciclo que transforma energía en movimiento, y movimiento en sensaciones, y sensaciones en energía, un ciclo infinito. Imaginamos como grupo creativo / escénico/ plástico,  traer al movimiento a los accionistas  intérpretes,  poner  en diálogo diferentes lenguajes escénicos para desplegar  en el espacio un movimiento que permanentemente retorno al origen, generando así diferentes situaciones cíclicas. Un ciclo que transforma energía en movimiento, y movimiento en sensaciones, y sensaciones en energía, un ciclo infinito.

El visitar a “Visitas” nos llevó a otros despertares, a otros vuelos creativos de vivencia procesual  en el que estamos inmersos. Estamos viajando por ese laberinto de sorpresas, de encuentro con nosotros mismos, con los miedos del vacío, con la incertidumbre de lo que podrá suceder.

Kalkañal piensa que: Elegir la duda es no elegir del todo… Todo lo que sea definitivo  aterroriza, como algo que no se puede volver atrás. … asusta. Nos asustamos porque una elección también es una renuncia. Cuando uno elige ser arquitecto en cierto modo renuncia a ser médico y cuando uno elige casarse con Juana está renunciando a María. Y eso denota que la vida es una y solo una. Se señalan  los límites, los caminos que uno no tomará, los hombres que uno no será, los aspectos de nuestro edificio que no serán construidos o que tendrán que ser demolidos.

Entonces, como grupo elegimos la duda… aunque pensándolo bien, no es que la elegimos en realidad, la duda nos está eligiendo a nosotros…. la duda es la dilación, la sensación de incerteza que acompaña la condición humana cuando es verdaderamente reflexiva.

Es la incertidumbre  lo que te enamora…

La duda es la vida, saber es morir…

“Lo único que a veces acalla la voz es el amor, lo único, lo más parecido que yo encontré… es el amor”

Desde la interna, la pausa nos llevó a confirmar  que siempre la belleza es una regularidad o la falta deliberada de ella. No el arte,  sino la belleza. Es siempre simetría. La repetición en el tiempo, la repetición en el espacio, la igualdad de las distancias: todo eso genera una reacción en el espíritu humano que generalmente responde a la idea que tenemos de belleza. Tal era así que los griegos habían sido más rigurosos en esto, ya que la medían con exactitud, y encontraban números como el número áureo, que les servía para ver en qué momento de un segmento había que cortarlo, o en qué lugar de la cara tenían que estar los ojos, o cuándo n una obra tenía que estar el momento más decisivo. Era lo que hoy llamaríamos el 62 por ciento del transcurso de una obra. En la novela Cartas Marcadas del autor Alejandro Dolina, exactamente en el 62 por ciento de la obra el protagonista tiene sexo con su enamorada por única vez en la novela y, lo que es peor, sin saber que era ella. Es el momento central de la novela y ocurre ahí…. Y a veces se obtiene belleza vulnerando esa regularidad. Pero aun vulnerada, la regularidad está. Mirá este tipo, pintó un ave con un ala sola. La otra no está, pero está en la mente del que lo pintó, del que la está viendo, y hace fuerza. Lo ausente también hace fuerza. La belleza es regularidad, es simetría, pero la asimetría es una idea sin la cual no podríamos tener una idea de belleza. Ahora, cuando la asimetría es hija de la torpeza, estamos ante otra cosa.

La regularidad y el tiempo, el espiral y el círculo… la evolución como energía de cambio constante…terminar para comenzar, vivir, morir y volver a nacer…

Para concluir y continuar persiguiendo al bucle: la vida es movimiento y ese movimiento es en espiral, es energía evolutiva. La espiral es un símbolo del cambio constante,  transformación y desarrollo por el que pasa el universo y junto con el los seres humanos.

Al activar nuestras energías, nos sentimos creativos, activos y productivos.

 “El camino no es una línea recta; es una espiral. Continuamente regresas a cosas que pensabas haber entendido, y ves verdades más profundas.”

La vida da muchas vueltas. Creemos que estamos más allá de alguna situación, y nos volvemos a topar con alguna situación que nos recuerda el pasado, o vemos que alguien está haciendo algo que siempre hemos querido hacer y caemos en la trampa de la comparación.

El crecimiento como seres humanos es poder darle la vuelta, honrar la experiencia que vivimos, perdonar, sentir plenamente la emoción en el momento y seguir adelante.

Todo nace, empieza. Todo muere, acaba.

Todo vuelve a nacer  y a morir.

Aparecer y desaparecer. Estar y no estar.

Primavera que acaba en verano para ser otoño que tras el invierno volverá a ser primavera.

Lunes que se convirtió en martes y al final de cuatro días más y de un domingo volverá a ser lunes.

Semillas que serán flores que harán nuevas semillas.

La vida es una espiral, va de dentro a afuera.

La espiral de la vida representa el crecimiento, la evolución natural.

La tierra, como el resto de planetas, del universo, nació a partir de un movimiento en espiral de gas y polvo cósmico.

La espiral describe la rotación del universo. Los movimientos de las estrellas.

Y también tu movimiento terrenal.

El código universal de la vida está formateado a través de una espiral: el ADN.

La vida, en todas las religiones se representa con la figura de una espiral.

Las liturgias se repiten en el tiempo, como una espiral sin fin: de Semana Santa al Adviento y de ahí a una nueva Semana Santa.

Todo es una espiral.

El cordón umbilical es helicoidal, una triple espiral formado por dos arterias y una vena.

Las huellas dactilares son espirales, y las glándulas sudoríparas, los folículos pilosos

y el caracol del oído interno.

La naturaleza es espiral.

La vida es espiral.

Y el pensamiento es espiral.

La espiral regula la vida desde el nivel galáctico hasta un nivel subatómico.

La espiral representa la vida sin un comienzo ni un fin real.

La espiral es energía que está en movimiento continuo.

La vida es cíclica y espiral.

Y, sin embargo, …

¿Cómo deberíamos vivir?

Como una flecha. En una dirección. Como una línea recta.

Como algo que empieza y termina.

Porque para cada uno de nosotros terminará, antes o después, pero tendrá un fin.

La vida es un espiral que deberíamos vivir como una línea recta porque cada momento es único e irrepetible.

La vida es una espiral que gira en modo circular y aunque todo se repita y repita, nunca pasa por los mismos puntos.

Cada momento, cada situación, cada instante\ son extraordinariamente únicos. Vivir, quizás también tenga que ver con aprender a salir de la espiral.

Entender lo que la línea recta,  con punta de flecha, nos aporta.

La vivencia de “Visitas” significo un aprovechar todos los instantes  como irrepetibles como un disiparse al instante.

“No es posible regresar a ninguna parte. Los puntos de partida no se quedan quietos y a la vuelta ya no están. Para poder volver se necesita, por empezar, un punto de partida eterno e inmutable. Pero todo se mueve y no hay forma de detener el Universo. Créanme si les digo que nadie ha efectuado nunca jámas un verdadero regreso. El hombre que lo consiga cumplirá la hazaña más grande de la historia.”

Dolina

Pero hay algo que no sabe la muerte y es que no puede llevarse consigo, los afectos, las emociones y experiencias vivídas, las ideas, las palabras. Sin saberlo la parka,  la irracional señora, es una perdedora que nunca conseguirá arrancar del todo de nuestras vidas a aquellos que dejan un buen recuerdo, porque a propósito de recuerdo … RECORDAR: Del latín re-cordis es volver a pasar por el corazón…

EDUARDO  GALEANO

 “Por ser tiempo y estar hecho de tiempo, el amor es, simultáneamente, conciencia de muerte y tentativa por hacer del instante una eternidad. Todos los amores son desdichados porque todos están hechos de tiempo, todos son el nudo frágil de dos criaturas temporales y que saben que van a morir; en todos los amores, aun en los más trágicos, hay un instante de dicha que no es exagerado llamar sobrehumana: es una victoria contra el tiempo, un vislumbrar el otro lado, ese allá que es un aquí, en donde nada cambia y todo lo que es realmente es”.

Octavio Paz

A modo de cierre / apertura: la duda es un lindo fogón y ahí uno encuentra amigos con quienes plasmar diferentes pensamientos, discutir y debatir. Aquellas personas que no tienen dudas son peligrosas. El dudoso admite rectificarse, nosotros nos rectificamos cada cinco minutos.

Gracias por haber estado, por haber estado no estando, por compartir el respirar, por palparnos en cada oleada de  libertad en cada compartir escénico. Hasta la próxima vuelta del Bucle Interminable.

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