En las últimas horas el Edil Facundo Marziotte presentó una exposición escrita, en nombre del Dr. Victoriano Toucon, quien forma parte de su grupo político.
El joven dirigente nacionalista, pone sobre la mesa la situación de las calles de adoquines de nuestra ciudad y el valor histórico que las mismas tienen.
Aquí lo expuesto:
Jueves 22 de Agosto de 2024
Sr. Presidente de la Junta Departamental de Salto
Sr. Pablo Alvez
Presente.
De mi mayor consideración:
En cumplimiento del Artículo 77 literal L, en su remisión al Artículo 22 del Reglamento Interno de la Junta Departamental de Salto, Decreto Nº6376/08, me dirijo a usted a los efectos de realizar la siguiente exposición escrita
En este caso y en mi condición de Edil Departamental, traslado a este cuerpo la expuesto por nuestro compañero de agrupación política, Dr. Victoriano Toucon Tolosa, quien se refiere al siguiente tema:
Hace 133 años, en 1891, la ciudad de Salto finalmente hizo frente a un problema que venía arrastrando por décadas. Sus caminos de tierra ya le quedaban chicos. La nueva ciudad, que había ganado su categoría hacia solo 30 años, no paraba de crecer.
Las calles que cada vez tenían más trafico fruto del pujante empuje de la nueva ciudad, se volvían intransitables en los días de lluvia. No solo por los pozos que se generaban en la tierra, sino también por las corrientes de agua que se formaban en las bajadas características de nuestra ciudad.
Pero la Junta Económico Administrativa que gobernaba el departamento en la época no tuvo miedo en hacerle frente al problema. Sin dejar que el progreso los pase por encima, se pusieron manos a la obra para introducir un elemento que iba a cambiar la ciudad. El adoquín de piedra.
La primera calle adoquinada fue la Calle Real (hoy calle Uruguay), la vía directa al puerto de la ciudad. Pero la verdadera obra de infraestructura se llevó un par de años después con el impulso del Genovés Pietro Scatina. ¡Este italiano que había emigrado a Uruguay pocos años antes encabezo la tarea de adoquinar 30 mil metros cuadrados de calles con solo 60 hombres!
Hoy poco queda de aquellos adoquines que marcaron un cambio de época en Salto. La marca viva de que habíamos dejado de ser una villa para pasar a ser la capital del interior, con una industria pujante que le exigía más infraestructura a una ciudad que estaba dejando chica.
Poco queda de esas calles adoquinadas. Se pueden ver todavía el tramo de Calle Treinta y Tres entre Uruguay y Artigas o el de calle Bortagaray.
Justo las calles de adoquines de las que hacemos mención son las que más preocupan a los vecinos hoy en día. Si bien se mantienen los adoquines, no podemos decir lo mismo de la calle en sí. El aumento de tráfico, la falta de mantenimiento y desinterés en la restauración del patrimonio de la ciudad volvieron prácticamente intransitables las calles. El mismo problema que los salteños habían resulto hace 133 años.
La solución no necesariamente debe ser sacar los adoquines. Todas las ciudades del país logran conservar parte de sus calles adoquinadas. Son el alma de la ciudad y prueba de lo lejos que hemos llegado. Pero esto no puede entorpecer la vida y el trabajo de los miles de salteños que deben transitar por el centro de la ciudad.
Es por esto que solicitamos que la presente exposición se comunique a la Intendencia de Sato a la Comisión de Cultura de esta Junta y a la Comisión Nacional de Patrimonio.
Edil Facundo Marziotte
Partido Nacional