Aunque en el año se registraron 41 muertes vinculadas al trabajo, el Ministerio de Trabajo destacó una baja significativa en los siniestros mortales.
El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) presentó este martes los datos de siniestralidad laboral del año y destacó una reducción del 58% en los accidentes laborales fatales durante el último trimestre, una baja que fue atribuida a las acciones desplegadas a partir de abril en el marco de una estrategia nacional de prevención.
En diálogo con la prensa, el director nacional de Trabajo, Luis Puig, señaló que a lo largo del año se registraron 41 siniestros laborales fatales, una cifra que equivale a la muerte de un trabajador por semana. No obstante, subrayó que las estadísticas muestran un descenso sostenido hacia el final del período, lo que consideró un cambio de tendencia relevante.
“Compromiso nacional por la vida”
Puig explicó que este año se aplicó una metodología más amplia para medir la siniestralidad, incorporando por primera vez los accidentes de tránsito ocurridos “en ocasión del trabajo”, es decir, durante el traslado hacia el empleo o en el desarrollo de tareas laborales. Según indicó, esta inclusión permitió reconocer situaciones que antes no eran contabilizadas como accidentes de trabajo, pese a estar directamente vinculadas a la actividad laboral.
El jerarca vinculó la mejora de los indicadores a la implementación, desde el 1.º de abril, del “Compromiso Nacional por la Vida, la Salud y la Seguridad en el Trabajo”, una iniciativa de carácter tripartito que involucró al Estado, empleadores y trabajadores. El programa incluyó acciones de capacitación, fiscalización y sensibilización en todo el país, con especial énfasis en el interior y en las zonas del norte del territorio.
Resultados y diagnósticos
De acuerdo con los datos presentados, si se amplía el análisis al último cuatrimestre del año, la reducción de los accidentes laborales mortales alcanza el 66%. Sin embargo, Puig advirtió que estos resultados no deben interpretarse como un objetivo cumplido, sino como una señal de que el camino adoptado es el correcto y debe profundizarse. “Estos avances se pueden desmoronar si no se sostienen día a día”, afirmó.
En cuanto a los sectores más afectados, el director nacional de Trabajo señaló a la construcción como el rubro con mayor número de fallecimientos, con 13 muertes registradas en el año, concentradas principalmente en la primera mitad. En ese sentido, remarcó la importancia de contar con sindicatos fuertes y cámaras empresariales con capacidad de negociación para mejorar las condiciones de seguridad.
Puig identificó además dos factores estructurales que inciden en la siniestralidad laboral: la ausencia del Estado en todo el territorio y la precarización del empleo. Según explicó, las contrataciones informales o de muy corto plazo generan contextos donde la urgencia por asegurar ingresos desplaza la preocupación por la salud y la seguridad, lo que incrementa los riesgos. “Combatir la precarización y la informalidad es una forma concreta de salvar vidas”, concluyó.

