La zona metropolitana atravesó, en este 2023, la mayor deficiencia del recurso hídrico desde que se tienen registros. Para contener esta situación y dar respuesta al abastecimiento de agua de calidad a la población, el Estado uruguayo debió coordinar en todos los niveles de Gobierno, ministerios y organismos, el diseño y ejecución de la estrategia para asegurar el abastecimiento de más del 60% de la población del país.
Ante una sequía y emergencia hídrica sin precedentes que azotó a Montevideo y a la zona metropolitana, el Gobierno actuó a tiempo y logró no solo mantener el suministro de agua potable a la población durante el período más crítico de la emergencia, sino que realizó obras para el futuro del país.
Con la reserva de Paso de Severino en sus niveles más bajos y hasta incluso cerca de agotarse, y con el río Santa Lucía con escasa posibilidad de aportar agua dulce, se logró finalmente, mediante un trabajo de ingeniería por parte de OSE para administrar las pocas reservas, y con el aporte de ciertas precipitaciones, mantener durante más de un mes, de manera consecutiva, los niveles de sodio y cloruro por debajo de la norma UNIT.
Además, se definió y ejecutó en tiempo récord una obra fundamental para dar seguridad en el abastecimiento de agua potable (trasvase San José-Belastiquí), que comenzó ni bien los caudales del río San José lo permitieron, y se desarrolló en un tiempo récord de un mes. Cuenta con la capacidad de suministrar 200.000 metros cúbicos al abastecimiento de la zona metropolitana, un tercio de lo que se suele consumir a diario.
Dando cumplimiento a un proyecto establecido desde el inicio del gobierno para atender este problema, previo a la crisis hídrica, en los próximos meses comenzará la obra del proyecto Arazatí, que se adjudicó este miércoles 23 de agosto, la solución más grande al problema del abastecimiento público de agua potable y a la seguridad del sistema metropolitano que comprende al 60 % de la población del país.