Un grupo de operadores penitenciarios denunció penalmente a Romina Celeste Papasso por presuntas agresiones en la cárcel de Juan Soler, departamento de San José, donde la exmilitante nacionalista está recluida desde mediados de este año.
Celeste Papasso está recluida desde junio en la cárcel de Juan Soler, pese a que ella había pedido ir a la Cárcel de Libertad. Y es que desde el Departamento de Derivación del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) entendieron que lo más adecuado era que la reclusión fuera en la dependencia ahora designada.
El lugar en el que está la joven es de baja seguridad y consiste en una chacra ubicada en el kilómetro 41.500 de la ruta 11. Allí estuvo primero en prisión preventiva y desde agosto ya con condena: la Justicia la condenó a dos años y un mes de prisión por la denuncia falsa contra Yamandú Orsi y su responsabilidad en falsificar un chat para inculpar a Gustavo Penadés y Sebastián Mauvezín, divulgar videos sexuales de un tercero e instigar a cometer delitos.
Celeste Papasso tuvo un enfrentamiento en los últimos días en la cárcel que implicó la agresión a operadores penitenciarios de ese lugar, consigna Telemundo.
Esa situación se dio cuando la joven se encontraba hablando con su abogada por teléfono y, de repente, empezó a increparla con insultos: ante esto, los funcionarios le solicitaron que cesara esa actitud, que se expresara de otra forma, y fue allí que ella comenzó a agredir a los dos trabajadores con golpes de puño.
Luego de lo sucedido, a la exmilitante blanca le dio un ataque de pánico. Posteriormente, indicó que no podía explicar por qué había reaccionado así.
Ante esto, los involucrados decidieron presentar una denuncia penal contra la exmilitante nacionalista. A su vez, el Ministerio del Interior decidió que la reclusa sea trasladada de prisión.
Sin embargo, la abogada de Celeste Papasso, Elizabeth Frogge, afirmó que su defendida y ella estaban teniendo una “charla normal” el lunes de esta semana, y que Romina le estaba contando ciertas “cosas que estaba padeciendo” dentro de la prisión. En ese momento, al otro lado del teléfono Frogge escuchó una voz femenina que se puso a gritar, pidiéndole a Romina que dejara de hablar del tema. “No sea atrevida”, fue la respuesta de Celeste Papasso a la funcionaria, tras lo cual le pidió a Frogge para finalizar la comunicación porque la situación se había “complicado” en la cárcel.
“Qué pasó después, no sé”, dijo la abogada, quien aseguró que nunca antes nadie había intervenido en una llamada telefónica entre ella y un cliente preso.
La abogada planteó que denunciará a los funcionarios involucrados y que además pedirá el registro de la llamada para aclarar cómo fue el intercambio.
Fuente : Causa Abierta