Arbeleche y Paganini destacaron la iniciativa como política de Estado y coincidieron que para este período de gobierno el desarrollo del denominado hidrógeno verde será un asunto estratégico. Luego de alcanzar la descarbonización de casi la totalidad de su matriz eléctrica, Uruguay se encuentra en una transición hacia la economía de hidrógeno verde, que contribuye a descarbonizar el sector energético.
Este jueves 8, ambos jerarcas participaron, junto con los presidentes de Ancap, Alejandro Stipanicic, y de UTE, Silvia Emaldi, más técnicos de ambos organismos e integrantes del sector privado, en un Data Room Virtual del Proyecto Piloto H2U para la producción de hidrógeno verde en el país.
Los representantes gubernamentales explicaron que trabajan para promover el proyecto H2U con el objetivo de implementar un primer piloto de hidrógeno verde en el país que siente las bases de la colaboración público-privada de largo aliento. La iniciativa contribuye, además, a acentuar el proceso de descarbonización en el transporte y la industria.
El plan, que proyecta una inversión del orden de los 20 millones de dólares y apunta principalmente al transporte de camiones y buses, podrá utilizar la capacidad instalada en la planta de Ancap ubicada en el barrio montevideano de Capurro. En una primera etapa, comprendida entre el 20 de abril y el 14 de mayo, un equipo técnico de UTE y Ancap se entrevistará con representantes de empresas interesadas en un marco de confidencialidad y, en el segundo semestre de este año, se seleccionará a un grupo de empresas que competirán para adjudicarse el emprendimiento.
Paganini informó que el 98% de la energía eléctrica en el país se origina en fuentes renovables, como energía hidráulica, eólica y solar, que, incluso, en un escenario adverso, como fue 2020 por la sequía, el porcentaje se situó en 94%. Esto obedece a una política energética integral, apuntó el jerarca.
Los excedentes de energía de fuentes renovables, junto con los altos estándares en materia de estabilidad política, económica y social y el cumplimiento de los compromisos asumidos por el Gobierno, representan ventajas comparativas. Estos aspectos y otros, como grado inversor, gobierno electrónico, telecomunicaciones e infraestructura vial, incrementan las posibilidades de atraer inversores.
El titular del MIEM admitió que la producción de hidrógeno podrá representar, a mediano plazo, un nuevo commodity que Uruguay podrá incorporar a su canasta de productos exportables por ser reconocido como sostenible. En ese sentido, la ubicación geográfica equidistante de los mercados de mayor demanda, como los asiáticos y los europeos, constituye una ventaja adicional.
El hidrógeno presenta diferentes usos, además de combustible para el transporte terrestre de camiones y buses, para aviones y barcos y para la producción de fertilizantes y aceros verdes.
Por su parte, Arbeleche reconoció que la ley n.º 16.906, que declara de interés nacional la promoción y protección de inversiones, constituye un buen marco para el impulso a proyectos como los que se pretende estimular. Además, el Poder Ejecutivo prevé estímulos específicos a iniciativas privadas que colaboren al proceso de descarbonización por el que Uruguay asumió compromisos internacionales.
En tanto, Stipanicic indicó que Ancap ya produce hidrógeno y aseguró que la infraestructura del organismo en Capurro es de máxima seguridad y con escala industrial. Emaldi aseveró que la potencia nominal instalada en el país, de 4.900 megavatios, garantiza el respaldo energético de un emprendimiento como el descripto.