Ideas, propuestas y renovación: las claves para una victoria progresista (Convocatoria Seregnista Progresistas)

Ideas, propuestas y renovación: las claves para una victoria progresista (Convocatoria Seregnista Progresistas)

Cuando todavía se encuentran presentes los sonidos de la histórica vitoria progresista del pasado 24 de noviembre, es necesario entre nosotros focalizar la atención en la conducción política departamental y de los gobiernos locales. Ello no se da por la mera necesidad de estar siempre presentes en una carrera electoral, sino porque la actual situación social y económica de Salto lo requiere y exige que prestemos especial atención a los desafíos que como localidad y departamento tenemos hacia adelante, en un nuevo contexto de gobierno nacional frenteamplista.

La dificultades en encontrar una senda clara hacia el desarrollo, en resolver los problemas del empleo, superando la precariedad existente, la falta de una política de frontera, los problemas de vivienda y hábitat, entre otros, revelan la necesidad de encontrar alternativas que atiendan verdaderamente a la problemática que nos impacta de la peor forma. Y para encontrar esas alternativas debemos contar con nuevas opciones, que no formen parte de lo malo que le pasó. A los que desde la Intendencia  cayeron en el peor clientelismo, a los que la endeudaron a más no poder, a quienes desde Salto Grande generaron un gobierno paralelo, usando los dineros públicos sin otro objetivo que la promoción de dirigentes con aspiraciones electorales, a quienes prometieron grandes obras y decenas de miles de empleos para los salteños, sin mayor sustento de concreción en la realidad.

Entonces: ¿Qué hacer frente a semejante panorama?

Creemos que el camino está a la vista, no hay que inventar nada. Que el Frente Amplio debe replicar en lo Departamental todo lo bueno que tuvo en su estrategia para recuperar el Gobierno Nacional. Ello implica en primer lugar escuchar a la sociedad, dialogando con los vecinos, escuchando sus organizaciones representativas, de trabajadores, de cooperativistas, de profesionales, de empresarios, de productores. Hay que hablar. Hacerlo con quienes compartimos la misma identidad ideológica, pero por sobre todo con aquellos en los que nos distancia la percepción de la realidad. Porque si queremos gobernar debemos hacerlo para todos. Siempre con el foco puesto en los más postergados. Pero gobernar para todos al fin. Y ese diálogo debe nutrir nuestra propuesta programática. Para que las ideas, concretas y realizables, sean una guía verdadera del gobierno. Para que contemos con propuestas claras en materia de obras, transporte, vivienda, medioambiente, descentralización, desarrollo, trabajo, cultura -entre otras- sin promesas fáciles, asumiendo el compromiso de llevarlas a buen puerto. En definitiva, más que formular promesas, asumir verdaderos compromisos.

Será necesario atender las funciones básicas tradicionales de una Intendencia, el llamado alumbrado, la basura y las calles, pero transformándolas, incorporando una mirada moderna, donde las calles no son solo el pavimento, sino todo el espacio público,  y donde la prioridad del alumbrado sea la gente que usa ese espacio público y no los vehículos y, especialmente, donde la función de recolección se transforme en una gestión integrada de residuos, con clasificación en sitio y recolección, transporte y deposición final diferenciada. Porque de nada vale el desarrollo si no va acompañado del cuidado ambiental, que por mandato constitucional es de interés general.

Pero también, el programa de gobierno debe ser una respuesta a las inquietudes y problemáticas de todos los salteños, independientemente de su lugar de residencia o condición socio económica, desde quienes están en la ciudad hasta quienes están en los lugares más alejados de la campaña, para quienes tienen todas las necesidades básicas satisfechas, pero especialmente a quienes no las tienen.

Respuestas que deberán ser en clave artiguista, donde los más infelices sean los más privilegiados, que sin dudas obligarán a destinar recursos para atender las condiciones de vida de los salteños, con inversión en vivienda y hábitat, pero también en infraestructura, para sostener actividades imprescindibles para la construcción de ciudadanía, por ejemplo, lugares para el deporte, la cultura y el ocio. Nuestro programa tiene que marcar el rumbo en la inclusión social, en garantizar los derechos de todos los salteños. Será necesario fortalecer el desarrollo de los municipios como tercer nivel de gobierno, donde se rescate el espíritu de descentralización participativa que los crea y que ha sido postergado en pos de un modelo personalista en torno a alcaldes.

Para lograrlo, además de contar con un programa claro y consistente, debemos tener las compañeras y los compañeros adecuados para liderar esa tarea. Y así como el Frente tuvo la fórmula más potente el pasado 24 de noviembre, debemos también nosotros tener tres candidaturas potentes para ganar en mayo del año que viene.

La potencia de las candidaturas se logra con tres opciones complementarias. Y ese complemento se alcanza con candidatos que cuenten con apoyo popular, pero también con formación y experiencia política y en la gestión. Que surjan de la sociedad a la que representamos y no solamente del núcleo partidario, pero que también encarnen una renovación, tanto en lo generacional, como en los objetivos, métodos y formas de gestión. Porque no podemos estar permanentemente evocando las experiencias del pasado para intentar proyectarnos hacia adelante. Los frenteamplistas, sus militantes, sus bases y sus sectores, deben concentrar las energías en lograrlo.

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