Elegir la duda es no elegir del todo… Todo lo que sea definitivo me aterroriza, como algo que no se puede volver atrás. … asusta. Me asusto porque una elección también es una renuncia. Cuando uno elige ser arquitecto en cierto modo renuncia a ser médico y cuando uno elige casarse con Juana está renunciando a María. Y eso denota que la vida es una y solo una. Se señalan los límites, los caminos que uno no tomará, los hombres que uno no será, los aspectos de nuestro edificio que no serán construidos o que tendrán que ser demolidos.
Entonces pienso… yo elijo la duda… No es que la estoy eligiendo en realidad, la duda me está eligiendo a mi…. la duda me está eligiendo a mí!!!! … la duda es la dilación, la sensación de incerteza que acompaña la condición humana cuando es verdaderamente reflexiva.
Yo creo que únicamente los locos están ciertos y están persuadidos.
Es la incertidumbre lo que te enamora…
La duda es la vida, saber es morir…
«No le podemos quitar al teatro ese placer inefable y a veces incomprensible que nos produce el contacto con el arte -reflexiona Kartun-. Leer una poesía, escuchar una canción y ponernos a llorar. Ir a ver una película y salir conmovido a tomar decisiones en tu vida. Pero hay algo en ir a ver una obra de teatro, después ir a comer con amigos y que durante toda la noche la obra de teatro sobrevuele la mesa de un lado para el otro. Hay por un lado un atractivo muy grande, una fuerza muy grande que nos lleva al placer artístico. Pero por el otro lado hay una modificación en el arte. Pero adentro tuyo, como hacen los alimentos, se transforma en otra cosa, una forma en calorías. El arte se transforma en idea. Nosotros hablamos de una idea-teatro. Ir a ver una obra y hablar de lo que vos leíste de La vis cómica y no simplemente con lo que disfrutaste del trabajo de los cómicos. Esa es la idea-teatro. Es entender al arte como un mecanismo analógico de pensamiento con discurso propio. Y con una capacidad de abstracción que no tiene el pensamiento concreto, que no tiene la palabra en función de análisis. La metáfora permite múltiples formas de lectura. Como decía mi vieja, “lo importante de la obra es que te deje algo”.
Entre tantas dudas, me detuve en que siempre la belleza es una regularidad o la falta deliberada de ella. No digo el arte, la belleza. Es siempre simetría. La repetición en el tiempo, la repetición en el espacio, la igualdad de las distancias: todo eso genera una reacción en el espíritu humano que generalmente responde a la idea que tenemos de belleza. Tal era así que los griegos habían sido más rigurosos en esto, ya que la medían con exactitud, y encontraban números como el número áureo, que les servía para ver en qué momento de un segmento había que cortarlo, o en qué lugar de la cara tenían que estar los ojos, o cuándo n una obra tenía que estar el momento más decisivo. Era lo que hoy llamaríamos el 62 por ciento del transcurso de una obra.
A veces se obtiene belleza vulnerando esa regularidad. Pero aun vulnerada, la regularidad está. Mirá este tipo, pintó un ave con un ala sola. La otra no está, pero está en la mente del que lo pintó, del que la está viendo, y hace fuerza. Lo ausente también hace fuerza. La belleza es regularidad, es simetría, pero la asimetría es una idea sin la cual no podríamos tener una idea de belleza. Ahora, cuando la asimetría es hija de la torpeza, estamos ante otra cosa.
Partiendo de la duda, me he hecho muchas preguntas sobre la vida a lo largo de este tiempo, y llegue a algo momentáneamente:
La vida es movimiento y ese movimiento es en espiral, es energía evolutiva. La espiral es un símbolo del cambio constante, transformación y desarrollo por el que pasa el universo y junto con él, los seres humanos.
Al activar nuestras energías, nos sentimos creativos, activos y productivos.
El camino no es una línea recta; es una espiral. Continuamente regresas a cosas que pensabas haber entendido, y ves verdades más profundas.”
La vida da muchas vueltas. Creemos que estamos más allá de alguna situación, y nos volvemos a topar con alguna situación que nos recuerda el pasado, o vemos que alguien está haciendo algo que siempre hemos querido hacer y caemos en la trampa de la comparación.
El crecimiento como seres humanos es poder darle la vuelta, honrar la experiencia que vivimos, perdonar, sentir plenamente la emoción en el momento y seguir adelante.
Todo nace, empieza. Todo muere, acaba.
Todo vuelve a nacer y a morir.
Aparecer y desaparecer. Estar y no estar.
Primavera que acaba en verano para ser otoño que tras el invierno volverá a ser primavera.
Lunes que se convirtió en martes y al final de cuatro días más y de un domingo volverá a ser lunes.
Semillas que serán flores que harán nuevas semillas.
La vida es una espiral, va de dentro a afuera.
La espiral de la vida representa el crecimiento, la evolución natural.
La tierra, como el resto de planetas, del universo, nació a partir de un movimiento en espiral de gas y polvo cósmico.
La espiral describe la rotación del universo. Los movimientos de las estrellas.
Y también tu movimiento terrenal.
El código universal de la vida está formateado a través de una espiral: el ADN.
La vida, en todas las religiones se representa con la figura de una espiral.
Las liturgias se repiten en el tiempo, como una espiral sin fin: de Semana Santa al Adviento y de ahí a una nueva Semana Santa.
Todo es una espiral.
El cordón umbilical es helicoidal, una triple espiral formado por dos arterias y una vena.
Las huellas dactilares son espirales, y las glándulas sudoríparas, los folículos pilosos
y el caracol del oído interno.
La naturaleza es espiral.
La vida es espiral.
Y el pensamiento es espiral.
La espiral regula la vida desde el nivel galáctico hasta un nivel subatómico.
La espiral representa la vida sin un comienzo ni un fin real.
La espiral es energía que está en movimiento continuo.
La vida es cíclica y espiral.
Y, sin embargo, …
¿Cómo deberíamos vivir?
Como una flecha. En una dirección. Como una línea recta.
Como algo que empieza y termina.
Porque para cada uno de nosotros terminará, antes o después, pero tendrá un fin.
La vida es un espiral que deberíamos vivir como una línea recta
porque cada momento
ES ÚNICO
e IRREPETIBLE
La vida es una espiral que gira en modo circular y aunque todo se repita y repita,
nunca pasa por los mismos puntos.
Cada momento, cada situación, cada instante\ son extraordinariamente únicos.
Vivir, quizás también tenga que ver con aprender a salir de la espiral.
Entender lo que la línea recta, con punta de flecha, nos aporta.
Aprovechar todos los instantes.
Vivirlos como si fueran irrebatibles, porque, con total seguridad.
La duda??, es posible regresar al mismo punto de partida??
“No es posible regresar a ninguna parte. Los puntos de partida no se quedan quietos y a la vuelta ya no están. Para poder volver se necesita, por empezar, un punto de partida eterno e inmutable. Pero todo se mueve y no hay forma de detener el Universo. Créanme si les digo que nadie ha efectuado nunca jámas un verdadero regreso. El hombre que lo consiga cumplirá la hazaña más grande de la historia.”
Pero hay algo que no sabe la muerte??: si, y es que no puede llevarse consigo, los afectos, las emociones y experiencias vivídas, las ideas, las palabras. Sin saberlo la parka, la irracional señora, es una perdedora que nunca conseguirá arrancar del todo de nuestras vidas a aquellos que dejan un buen recuerdo, porque a propósito de recuerdo … RECORDAR: Del latín re-cordis es volver a pasar por el corazón…
EDUARDO GALEANO
Y el amor??…
Como bien lo menciona Octavio Paz: “Por ser tiempo y estar hecho de tiempo, el amor es, simultáneamente, conciencia de muerte y tentativa por hacer del instante una eternidad. Todos los amores son desdichados porque todos están hechos de tiempo, todos son el nudo frágil de dos criaturas temporales y que saben que van a morir; en todos los amores, aun en los más trágicos, hay un instante de dicha que no es exagerado llamar sobrehumana: es una victoria contra el tiempo, un vislumbrar el otro lado, ese allá que es un aquí, en donde nada cambia y todo lo que es realmente es”.
POR ESO… No conviene dudar. Pero la duda es un lindo fogón y ahí uno encuentra amigos con quienes plasmar diferentes pensamientos, discutir y debatir. Aquellas personas que no tienen dudas son peligrosas. El dudoso admite rectificarse, y yo me rectifico cada cinco minutos.
El bucle no se detiene y en cuanto a producción artística y su correspondiente compartir, el mes de Diciembre significara un mes de nuevos juegos creativos.