Las mujeres dedican 14 horas semanales más al trabajo no remunerado que los varones, según nueva encuesta sobre uso del tiempo

Las mujeres dedican 14 horas semanales más al trabajo no remunerado que los varones, según nueva encuesta sobre uso del tiempo

El estudio revela que la brecha de género en la carga global de trabajo se mantiene y que, dentro de los hogares, “sigue existiendo una división sexual de trabajo bastante marcada”

“Eso que llaman amor es trabajo no pago”, dijo una vez la filósofa y escritora feminista Silvia Federici para visibilizar una realidad que, pese a las grandes conquistas de los feminismos, todavía persiste: la carga desigual de las tareas domésticas y de cuidados que recae sobre las mujeres. Así lo refleja la tercera edición de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo y Trabajo No Remunerado, que se realizó entre noviembre de 2021 y mayo de 2022, y cuyos resultados fueron presentados la semana pasada por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Entre los principales hallazgos del estudio –que contó con el apoyo de ONU Mujeres, la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional, la Unión Europea y el Fondo de Población de las Naciones Unidas–, aparece que las mujeres dedican dos tercios de su jornada al trabajo no remunerado y un tercio al remunerado, mientras que los varones dedican dos tercios de su jornada al trabajo remunerado y un tercio al trabajo no remunerado. La asimetría de género es especialmente marcada cuando se analizan las horas que destinan mujeres y varones a las tareas domésticas que sostienen los hogares –como la limpieza o la alimentación– y al cuidado específicamente de niñas y niños de entre cero y tres años.

“Estamos en un proceso de poner en la agenda pública el hecho de que el trabajo no remunerado es un trabajo que hacemos principalmente las mujeres”, señaló la directora de Inmujeres, Mónica Bottero, durante la presentación. “Y por más que ese trabajo sea hecho con todo el cariño del mundo, tenemos que considerarlo un esfuerzo, un esfuerzo físico, psíquico, que nos toma tiempo del día, que implica que le destinemos horas de trabajo por las que no cobramos, pero que además son horas de trabajo que dejamos de usar para otras cosas: estudiar, capacitarnos, trabajar”, enfatizó, y resaltó que los movimientos feministas “hace ya al menos tres décadas empezaron a valorizar o a querer poner en valor el trabajo no remunerado”.

La economista y consultora de ONU Mujeres Soledad Salvador, que lideró el estudio, profundizó justamente en los objetivos que tiene la valorización del trabajo no remunerado. A grandes rasgos, dijo que permite “darle visibilidad y magnitud al trabajo no remunerado en el Sistema de Cuentas Nacionales y en el análisis económico”; “conocer el costo económico de suplir o realizar ese trabajo en el sistema económico actual”; y “relativizar los costos de la inversión en los sistemas de cuidados”.

Aportó otro dato crucial: hoy en día, los servicios del trabajo no remunerado representan 23,8% de los aportes al producto interno bruto (PIB) del país, según datos de la Encuesta Continua de Hogares y del Banco Central del Uruguay de 2022, lo que hace que sea el sector que más aporta en la economía.

Principales resultados

La socióloga Natalia Reyes, que integra el Sistema de Información de Género de Inmujeres, fue la encargada de presentar los principales resultados de la nueva encuesta, que, según detalló, se hizo en dos partes porque se tuvo en cuenta el calendario escolar: entre noviembre y diciembre de 2021, y de marzo a mayo de 2022. La población objetivo fueron las personas de 15 años o más, residentes en Montevideo y en localidades con más de 5.000 habitantes. El estudio abarcó una muestra de 2.986 hogares, donde viven 6.121 personas mayores de 15 años. La académica especificó que, de ese total de personas encuestadas, 3.803 respondieron sobre sus propias actividades. Esta distinción se debe a que, por primera vez, se interrogó a cada integrante del hogar mayor de 15 años (en la medida que fue logísticamente posible), a diferencia de lo que se había hecho en la última encuesta, de 2013, cuando una persona referente respondía por todo el hogar.

Se sumaron otras dos innovaciones. La primera es que, dado que el relevamiento se hizo cuando el país todavía estaba en contexto de emergencia sanitaria, se incorporó un módulo vinculado a la covid-19, que relevó dos aspectos: por un lado, si las personas habían sufrido modificaciones en su situación laboral; por otro, si habían disminuido sus horas de trabajo por tener que dedicárselas a las tareas de trabajo no remunerado, “específicamente a las ayudas escolares a hijas e hijos niñas, niños y adolescentes”, explicó Reyes.

La otra novedad es que el estudio incorporó esta vez “un set de preguntas sobre estereotipos o mandatos de género a la interna de los hogares y vinculadas al trabajo no remunerado” que, según dijo la socióloga, “pueden ser de gran utilidad para futuras investigaciones”.

Un primer dato relevante que arroja la encuesta es que, tanto en 2013 como en 2022, 50% del trabajo en Uruguay se realiza de manera no remunerada. “Esto significa que no se registra ni se computa de manera formal su valor a no ser que se hagan ejercicios específicos”, puntualizó Reyes.

Otro de los datos que se destaca es que las mujeres se hacen cargo de 54,8% de la carga global de trabajo –la suma de horas de trabajo remunerado más la suma de horas de trabajo no remunerado–, mientras que los varones se encargan de 45,2%. Las cifras son prácticamente idénticas en 2013 y 2022, lo que muestra que “la brecha de género en la carga global de trabajo entre varones y mujeres se mantiene, reproduciendo patrones similares en torno a la feminización de trabajo no remunerado”, apuntó la especialista.

Si se observa la carga global de trabajo dividida entre remunerado y no remunerado, surge que las mujeres dedican dos tercios de su jornada al trabajo no remunerado y un tercio al remunerado, mientras que los varones dedican dos tercios de su jornada al trabajo remunerado y un tercio al trabajo no remunerado. Esto, señaló la socióloga, “también evidencia una desigual distribución del trabajo remunerado y no remunerado entre varones y mujeres”.

Fuente: La Diaria

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