Las ollas populares como expresión de solidaridad (Por el Téc. Univ. Gustavo Chiriff / PCU – Frente Amplio)

Las ollas populares como expresión de solidaridad (Por el Téc. Univ. Gustavo Chiriff / PCU – Frente Amplio)

Hace 20 años atrás, en un frío otoño, se comenzó nuevamente en Uruguay, a sostener el hambre a través de ollas populares. Fue durante el gobierno de Jorge Batlle, en una crisis económica y social que hacía mucho tiempo no vivía el Uruguay con esa crudeza. Fueron tiempos en donde las organizaciones sindicales, sociales y religiosas, volvieron a dar solidaridad a miles de uruguayos que no tenían un plato caliente de comida al día. Ese Uruguay de la incertidumbre, de la desesperación, donde miles de uruguayos perdieron, su empleo, sus ahorros o su casa propia, dejo al país sumido en un 40 % uruguayos pobres. Durante los 15 años de gobiernos frenteamplistas, se logró descender la pobreza a un 8,8 % y la indigencia paso del 4,5 % al 0,1 %, 600.000 personas pudieron salir de la pobreza en ese periodo. Fue el tiempo que desaparecieron las ollas populares sosteniendo el hambre del pueblo, dado que descendió el desempleo y aumento el salario real.

Hoy la realidad es otra, de los 100.000 uruguayos que cayeron en la pobreza en el 2020, solo un tercio ha podido salir de esta a partir del 2021, es decir 66.000 siguen estando por debajo de la línea de pobreza, un 20 % más respecto al 2019. Es en este Uruguay, de gobierno multicolor que volvieron a aparecer las ollas populares y los merenderos, para sostener las necesidades de los más pobres

En Salto funcionan 21 ollas populares y 19 merenderos, donde un poco más de 2.500 personas, incluyendo niños, dependen a veces de tener un plato o una taza de leche al día. A esto se le suma algo más de 1.000 platos que se elaboran en el comedor municipal y que se distribuyen en cuatro puntos de la ciudad y en el propio comedor. En ese enorme abrazo solidario que realizan el colectivo de ollas de Salto, el gobierno nacional es el gran ausente, allí donde la necesidad tiene cara de anciano o de niño, la única ayuda que reciben este colectivo es el de la Intendencia de Salto, a través de una partida fija mensual y a través de las colaboraciones particulares, que, debido a la situación actual, cada vez son menos.

Es en este contexto que muchos salteños, varios en forma anónima, tres veces a la semana ponen tiempo y voluntad para armar un fuego, pelar y lavar las verduras, para que a la noche salgan los platos calientes que aliviaran a miles de salteños y salteñas. Allí hay compromiso de lucha social frente a un modelo de políticas sociales del gobierno nacional que no está funcionando, donde las ayudas prometidas no llegan y se acerca un invierno que va a ser duro, no solo por las condiciones climáticas si no por las condiciones económicas que estamos enfrentando hoy, suba excesiva de los precios de la canasta básica, aumento de las tarifas y de los combustibles y pérdida de poder adquisitivo en los salarios de los trabajadores.

Que la solidaridad nos invada y que podamos rodear a estos compañeros y compañeras, que, en forma honoraria, día a día trabajan para poder brindar algo de ayuda a la crisis económica, que miles de hogares están viviendo.

Téc. Univ. Gustavo Chiriff / PCU – Frente Amplio

 

 

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