Las renuncias en el país de las maravillas (Por el Arq. Rogelio Texeira)

Ayer se supo, porque se publicó en el Semanario Búsqueda, que el Dr. Iturralde, en cuanto Presidente del Honorable Directorio del Partido Nacional habría presionado a la Fiscalía para favorecer al ex Senador Penadés en los más de 20 casos que lo implican como denunciado, entre otras cuestiones de pedofilia y que lo tienen en prisión. Esto lo obligó a renunciar, lo menos que podía hacer, pero a todas luces parece insuficiente.

Si bien el tema puede tener varias aristas, lo que surge del chat entre estos dos personajes y se publica, iría desde el tráfico de influencias hasta presiones al sistema de justicia, pasando por la politización de la designación del Fiscal de Corte que, dicho sea de paso viene trabado desde hace años y aparece la propuesta de un triunvirato Hace acordar mucho a lo que Herrera llamó el “Pacto del Chinchulín”.

Según lo publicado, Iturralde se jacta de presionar sobre el Fiscal de Corte interino Gómez y sobre la Fiscal Alfaro, a quien se le asignó el caso, pero recurrió y por tanto asumió la Dra. Ghione. El Presidente del Partido Nacional, calificó a la primera con términos irreproducibles, pero a la última como “mi amiga” y que “Alicia es nuestra” y luego le comunica a Penadés que “se lo dieron a Alicia Ghione. Me acaba de llamar. Me pidió tu número”.

Esto es muy grave, porque al violentar la independencia técnica que tienen los fiscales, demuestran que no les importa utilizar las influencias y el poder para presionar a favor de sus intereses personales o partidarios. En este caso, ya fueron formalizados varios por buscar entorpecer esta investigación por intentar apretar testigos, eliminar o distorsionar pruebas.

El desarrollo de estrategias públicas, a través de declaraciones en los medios o privadas, en comunicaciones interpersonales que salen a la luz porque por suerte aún hay periodismo independiente, pero que demuestran que desprecian la independencia del sistema de Justicia.

Lástima, porque todo el esfuerzo que hicieron miles de uruguayos en la lucha contra la dictadura y en la reconstrucción democrática se tira por la borda con actitudes de este tipo. Lastima mucho a la institucionalidad democrática republicana de la que en algún momento fuimos un ejemplo en el mundo.

El desprecio por la institucionalidad y la búsqueda de favores son impresentables. Ningún favor se le hace a una de las democracias, como es el Uruguay, procurando incidir de esa manera en el sistema judicial.

Que este agravio venga del Presidente de una colectividad que se autopercibe como “defensores de las leyes” cuyos dirigentes en lugar de condenar el hecho, se limitan a exaltar la grandeza del renunciante. Como si fuera más importante la renuncia que lo que realmente dice el mensaje lo hace más vergonzoso.

Esta dimisión, que es lo mínimo esperable, no alcanza y no debe ser lo central de este embrollo. No alcanza, porque se produce porque lo descubrieron, no porque se hubiera dado cuenta que actuaron mal, que parece ser lo central.

Parece que tapar los escándalos de este gobierno con renuncias se volvió un práctica corriente, un modus operandi. En CTM no pudieron y quedaron sin cumplir con el mandato del Poder Legislativo.

Aun con las renuncias, se sigue erosionando la sólida institucionalidad uruguaya, porque se presiona al sistema de justicia, a fiscales y jueces, pero también y quedó demostrado en varias ocasiones a periodistas y medios de comunicación. ¿Será esta la razón de votar,  a las apuradas un proyecto de Ley de Medios en el Senado esquivando la tradicional discusión en las comisiones parlamentarias?

Más allá de los circunstanciales y lamentables actores de esta secuencia que supera la de un denso culebrón televisivo, sería muy importante lograr la condena social que pusiera límite a este tipo de actitudes y desterrara definitivamente estas conductas detestables en la política.

En síntesis, este gravísimo y vergonzoso episodio proviene del propio Presidente del Partido que gobierna, que se jacta de la ética, la transparencia y la honorabilidad, y exaltan los imaginarios éxitos de una supuesta extraordinaria gestión como, si gobernaran en un país que pasó a ser el país de las maravillas.

Arq. Rogelio Texeira

Director de obras I. de Salto (2005-2010); Delegado uruguayo ante CARU (2015-2020)

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