Lo confirmó el fiscal Ricardo Perciballe en una conferencia de prensa.
Este martes el fiscal de delitos de lesa humanidad, Ricardo Perciballe, convocó a una conferencia de prensa en la que confirmó que los restos hallados en el Batallón 14 el pasado 30 de julio corresponden a Luis Eduardo Arigón Castel.
“Fue un militante sindical y político que por el solo hecho de resistir a la dictadura y creer en una sociedad distinta fue privado de su libertad, sometido a diversas torturas y luego fue enterrado en forma clandestina”, dijo Perciballe.
“Por suerte el equipo argentino nos permite hoy darle indentidad a esa persona y la dignidad que se merece, y de esa forma establecer un poco de paz a la familia y para toda la sociedad”, agregó el fiscal.
La causa de muerte
La antropóloga Alicia Lusiardo explicó que las lesiones que se ubicaron en los restos “están en dos áreas principalmente”. Una de ellas en los brazos, y “por el tipo de lesión, son lesiones de defensa y se está intentando proteger el cráneo”. Esas lesiones no evidencian cicatrización, por lo que estiman que fueron cercanas al momento de su muerte.
La segunda área, explicó Lusiardo, es el torax en el que presenta lesiones “en multiples costillas”. “Lo que no se pudo determinar es si esas fracturas tienen una relación directa con la causa de muerte”, sentenció. Sin embargo, aclaró que la junta médica que estudio los restos sostiene que “por la ubicación, por ser múltiples y por estar alineadas y sucesivas, son sugestivas de haber colaborado con la causa de la muerte”.
Las palabras de su hija
El director de la Institución de Derechios Humanos, Wilder Tayler, recordó que fue su esposa, Sara Barrocas, quien presentó la denuncia de su desaparición, quien hoy tiene 94 años. “Sara nunca dejó de buscar. La recuerdo desde hace décadas pidiendo habeas corpus, denuncias, gestiones, haciendo lobby, yendo al Parlamento, con una determinación que es la que hoy nos trae acá”, afirmó.
Su hija Sabina, presente en la conferencia, agradeció el trabajo de los que participaron de la búsqueda y a Familiares, “porque gracias a ellos la búsqueda sigue”. “No deja de sorprenderme la maldad, la cobardía con la que fueron tratadas estas personas. No hay otras palabras para decirlo”, afirmó, y agregó: “Hacer lo que le hicieron a estas personas es una verguenza para todos nosotros, hasta el día de hoy”.
Consultada sobre su padre, así lo definió: “A mi padre se lo llevaron por última vez cuando yo tenía 11 años. La imagen que yo tendo de él es un padre común y corriente. Sabía que tenía sus actividades, porque en mi casa eso no se ocultaba. Era un padre normal, ese recuerdo es el que tengo yo. Hacía asados los domingo, venía a almorzar al mediodía. Tocaba el violín, leía mucho y escribía poesía. Leía en francés, era un hombre con cierta cultura Tenía ideas muy claras por las cuales se jugó la vida. Teniendo la posibilidad de irse del país, no quiso”.