La presencia de estos animales es negativa para el ecosistema local, ya que son especies invasoras y afectan a las autóctonas.
Luego de las trágicas inundaciones que afronta el territorio de Rio Grande do Sul, en Brasil, algunos animales comenzaron a aparecer en las calles de Porto Alegre. Entre estos aparecieron pirañas, según informó O Globo.
“Una palometa (Serrasalmus maculatus) fue vista en el barrio Auxiliadora la semana pasada”, consigna el medio mencionado anteriormente. De todos modos, especifica que este tipo de peces son conocidos en la región por la conexión entre los ríos Uruguay y Jacuí, que se conectan con el Guaíba.
En esta línea, el cuerpo de Bomberos de Brasil confirmó que los relatos de los ciudadanos de Rio Grande do Sul sobre las pirañas son reales.
Según testimonios de pescadores locales al diario brasileño, desde hace unos tres años se registró la presencia de estos animales en los ríos de la región, que causan daños al ecosistema porque son especies invasoras y atacan a otros peces autóctonos.
Por otro lado, la agencia EFE informó este viernes que las aguas del río Guaíba comenzaron a bajar ligeramente al cumplirse dos semanas del inicio de la inundación sin precedentes que desde entonces mantiene anegada la ciudad brasileña de Porto Alegre.
La cota del río bajó este viernes a 4,70 metros, después de haber llegado a picos de 5,30 metros, pero se mantiene muy por encima de la cota de inundación, que se sitúa en los tres metros.
A pesar del leve descenso del Guaíba, las aguas siguen invadiendo numerosos barrios del centro de Porto Alegre y de la zona metropolitana de la capital del estado de Rio Grande do Sul, región con 11 millones de habitantes.
La bajada de las aguas permitió regresar a casa a varios habitantes del Quilombo do Areal, una comunidad de descendientes de esclavos que vive en el barrio Menino Deus, en Porto Alegre, y que fueron a comprobar el estado de sus pertenencias.
“Ayer vinimos a ver el barrio y todavía había agua, y hoy el agua bajó, entonces vinimos a limpiar las casas. Todos perdieron todo. Perdieron todo. No tiene qué hacer. Cama, colchón, mantas, equipos electrónicos, lo perdieron todo”, resume Alexandre Ribeiro, líder comunitario.
La tragedia climática que ha afectado a todo el estado ha causado hasta ahora 155 fallecidos, 98 desaparecidos y más de 600.000 desplazados.
Los expertos calculan que pasarán varias semanas hasta que descienda el nivel del río y se drene el agua que inunda calles, viviendas, edificios públicos e infraestructuras claves como el aeropuerto internacional Salgado Filho.
El aeropuerto está cerrado desde el 3 de mayo y las autoridades prevén que no se podrá reabrir antes de setiembre.
Según el último balance de la Defensa Civil, la tragedia climática ha causado hasta el momento cerca de 2,2 millones de damnificados y estragos en 461 de los 497 municipios de Rio Grande do Sul, un importante polo agropecuario.
Actualmente, 78.165 personas se encuentran en alguno de los 389 albergues temporales montados por cuenta de la catástrofe, cuya gran intensidad parece estar vinculada al cambio climático, según los especialistas meteorológicos.
El gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, concede este viernes una rueda de prensa para anunciar nuevas medidas dirigidas a los cientos de miles de damnificados por las inundaciones.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha creado un ministerio extraordinario para coordinar la reconstrucción de la región, donde el 90% de los municipios se han visto afectados en mayor o menor grado por las lluvias torrenciales y las inundaciones.
El gobierno ha aprobado diversos paquetes de ayudas millonarias, incluyendo subsidios directos, créditos a tasas ventajosas y condonación de deudas.
Diversas organizaciones financieras internacionales han ofrecido créditos por un total de unos 4.000 millones de dólares para apoyar la recuperación de Rio Grande do Sul.
Desde el inicio de las inundaciones, 82.666 personas y cerca de 12.000 animales han sido rescatados por las autoridades brasileñas.
Con información de EFE