Si bien el éxito de “La sociedad de la nieve” genera expectativas en el sector audiovisual uruguayo, hay factores que faltan para aprovechar aún más esta esta ola, según agentes del rubro.
La película “La sociedad de la nieve” (en cines y Netflix), que relata el accidente de los Andes que vivieron un grupo de rugbistas uruguayos, familiares y amigos en 1972, se convirtió en un éxito global a nivel de premios y espectadores. Eso podría tener un “derrame” en el sector audiovisual uruguayo, pero hay factores que faltan para aprovechar aún más esta ola, según las empresas del rubro.
La película dirigida por el español Juan Antonio Bayona —en la que participan actores uruguayos y la productora uruguaya Cimarrón— es una “ventana de oportunidad que pone a Uruguay en el centro del mundo”, según la Agencia del Cine y el Audiovisual del Uruguay (ACAU), el organismo estatal cuyo objetivo es impulsar el sector audiovisual local.
En la ACAU señalaron a El País que han recibido consultas desde productoras y países que nunca filmaron en Uruguay y que “están descubriendo al país como plaza”.
Además de ser una oportunidad que da visibilidad al sector, al talento local y al país, agregaron que también tiene un impacto en la vida de los que participaron. Que haya uruguayos reconocidos a ese nivel, también “termina abriendo puertas a otros”, funcionando como “un círculo virtuoso”.
En esa línea, el director ejecutivo de Metropolis Films, Andrés Rosenblatt, dijo a El País que “La sociedad de la nieve” es una “segunda validación gigantesca” y el tercer “hito” para la industria audiovisual local. Según explicó, el primero fue a nivel publicitario con la campaña del Peugeot 406 en 1996 y, el segundo, la producción de la película Miami Vice en Uruguay (dirigida por Michael Mann y protagonizada por Colin Farrell) en el 2005 de los que Metrópolis fue parte.
Este “hito” de la película española, según Rosenblatt, integra dos aspectos: uno a nivel del “no especialista”, es decir la “gente común” que “va al cine”, y otro a nivel de industria, que valida al sector local, a sus productores y técnicos, como también sus locaciones para filmar.
Señaló que esto va “de la mano” a los incentivos fiscales promovidos por el Programa Uruguay Audiovisual (PUA), “que si no existieran, estos proyectos se llevarían a lugares donde sí existen”.
Por su parte, Santiago López, cofundador de Cimarrón Films —productora uruguaya que participó en la producción de la película en Uruguay, Argentina y Chile—, sostuvo que aún es “difícil entender” qué impacto puede tener a nivel local la repercusión de esta película, que ya se convirtió en la segunda de habla no inglesa más vista en Netflix y obtuvo varios Goya y nominaciones en los Oscar, entre otros.
No obstante, afirmó que genera un “hito”, validando “algo que viene ocurriendo, que somos capaces de hacer proyectos de esas magnitudes, que acá hay talento, que hay actores que están muy bien formados, que hay productoras que pueden pensar y desarrollar ideas”.
Según López el primer impacto positivo es que Uruguay es “tema de conversación en el sector y la industria”, no solo a nivel internacional, siendo la película la “chapa” a mostrar “de lo buenos que somos”, sino que lo es también a nivel local.
En este sentido, planteó que da a conocer “a toda la población lo que se hace acá” y lo “bueno” que es, ayudando a mejorar la percepción que se tiene sobre la producción uruguaya.
“Algo en lo que se ha fracasado acá”, explicó, es que no se ha logrado “conmover al público”, para que perciba la buena calidad de la producción local, en donde “se ha estigmatizado al cine uruguayo, no se le ha dado valor, porque el mercado interno es pequeño” y “es muy duro para la producción independiente”, que a veces no ha tenido la “sinergia” con otros socios estratégicos en la difusión” de las producciones.
“Ojalá que nos haga crecer en cuanto a que podamos percibir que lo que se hace acá tiene valor, está bueno, es importante, es entretenido, es interesante. (Que) es todo lo que ya es”, agregó.
La presidenta de la Asociación de Productores y Realizadores de Cine del Uruguay (Asoprod) y productora ejecutiva de U Films, Virginia Hinze, señaló como impacto positivo el “derrame” que trae el éxito de la película, por la exposición del sector local con sus talentos, locaciones y capacidad de producir un proyecto de esta “envergadura”.
A su vez, destacó que la “fama casi descontrolada” que “se ganó” Enzo Vogrincic (el actor que interpreta a Numa Turcatti) y que hable “de nuestra cultura, de nuestras películas y de nuestras comidas”, termina siendo “invaluable”. Además, relató que a raíz de su fama, la película 9 —pieza que el actor protagonizó—, al compartir una publicación en sus redes sociales generó a su productora consultas sobre cómo verla.
“Todo esto no deja de confirmar que las políticas de Estado sobre las industrias culturales siempre terminan generando retornos al país, retornos económicos, tangibles, claramente, y retornos que quizás no se puedan contabilizar, pero que seguro son igual o más importantes en la cultura”, afirmó.
Retorno
Según el cofundador de Cimarrón cuando se desarrolla una política de Estado en la industria cultural con “una mirada de cultura y de industria”, lleva a una “intersección” que genera “valor agregado” y empleo de calidad y empleo joven”. Como también, “la oportunidad de desarrollar aspectos culturales y generar una narrativa propia”, permitiendo “poder identificarse con nuestras realidades”.
En esta línea, explicó que el sector local emplea de forma directa a entre 5.000 y 6.000 personas, alcanzando casi al doble si se cuenta el empleo indirecto. Para “La sociedad de la nieve”, señaló que llegaron a contratar en Uruguay a entre 350 y 400 técnicos, más algunas jornadas con 400 extras, llegando así a días de 800 personas empleadas.
A su vez, sostuvo que generar incentivos, “no subsidios”, para que se desarrolle la actividad, logra réditos económicos.
En 2021, CPA Ferrere analizó los incentivos fiscales otorgados a proyectos internacionales en los que Cimarrón dio servicios de producción, otorgados por el PUA, y su retorno, tomando tanto proyectos de servicios de producción grandes, como “La sociedad de la nieve” y otros menos conocidos, como también otros de menor porte.
Sobre esto, el socio de la firma, Alfonso Capurro, dijo a El País que el gasto realizado en Uruguay podría alcanzar valores de entre US$ 2 millones y US$ 4 millones, para hacer una serie o una película, mientras que para las más chicas o menos conocidas, los montos pudieron ser menores a US$ 700.000, que también han tenido apoyo del PUA.
De esta forma, señaló que analizaron cuánto se gastó en servicios de producción, el presupuesto de la película y cuánto se gastó en locaciones, servicios, cámaras, iluminación, alquiler de vehículos, servicios técnicos, remuneraciones, y cuánto apoyo recibió. Así, estimando los impuestos recaudados por esa actividad, vieron que por cada dólar recibido en incentivos en general, las producciones grandes, generaron impuestos por entre 1,3 y 2,5 veces el monto recibido.
Según Capurro, “el programa no tiene un costo fiscal, sino que tiene un financiamiento diferido”, siendo s una inversión que tiene un retorno “bastante rápido y que además va construyendo capacidades” para que Uruguay sea elegible para otro tipo de producciones. Destacó que el país aprovechó la ventana que tuvo en la pandemia, en donde se pudo filmar, y se posicionó como un lugar de servicios de producción “importante”.
El apoyo estatal no reside sólo en lo fiscal, sino que las productoras internacionales también le prestan atención al conjunto de políticas que apoyan al sector, que van a “hacer que los servicios de producción funcionen mejor” y faciliten la filmación, introducción de equipos y obtención de permisos para usar locaciones, dijo Capurro. “Todo eso en Uruguay funciona bien”, añadió.
Lo que falta
Aún con las expectativas positivas que genera el éxito de la película, los agentes del sector ven puntos que faltan para acompasar mejor este impacto. Según Rosenblatt, se debe asegurar “que los incentivos existan y estén”. La ACAU “está haciendo un excelentísimo trabajo” para promover al sector y “a nivel de inversión está bastante bien”, por lo que todo “termina en los esfuerzos de cada uno (privados) y cómo pueda aprovechar esta validación”, expresó.
López también destacó el desarrollo de políticas de Estado, con un foco en la creación y el desarrollo del talento, también en la capacidad de atracción de las plataformas y de la inversión extranjera, tanto para la producción nacional como las extranjeras.
“Hoy tenemos un programa, tenemos una agencia que ha acelerado un montón de procesos y que funciona en términos generales, pero todavía seguimos teniendo debilidades en esas herramientas, porque no es un fondo que es asignado por ley, sino que es discrecional. La industria audiovisual en Uruguay ha crecido exponencialmente, entonces los fondos que son para la producción local e internacional, no siempre acompasan ese crecimiento y a la demanda que se está teniendo para que Uruguay siga produciendo”, agregó.
Para López se debe seguir pensando en estrategias “que junten a todos los actores de este sector”, en donde la producción independiente y la televisión puedan “alinearse”, para “llegar a más personas, comunicar el acceso a las películas, generar proyectos que sean rentables y que sean una oportunidad para todo el mundo. Donde también el cine nacional acceda a un lugar de reconocimiento popular”.
Por su parte, Hinze señaló que “la industria ha dado pasos enormes en los últimos años, se ha fortalecido, se ha profesionalizado y se ha consolidado. Ahora, sin duda que nos faltan más recursos, faltan certezas en la continuidad y en el crecimiento del PUA, que queda a las claras que fue algo que hizo crecer la industria”.
Se espera que en 2024, la industria local siga creciendo y aproveche este momento para impulsarlo, según dijeron desde la ACAU. A su vez, señalaron que la agencia está “articulando las condiciones para implementar rodajes sustentables” y poner a Uruguay en un lugar de privilegio en ese aspecto”. También trabajan para “acercar” la obra nacional “a la ciudadanía”, en “la creación de la academia” y en el posicionamiento internacional del país.
¿Cómo le fue al sector en 2023?
Desde la ACAU explicaron que, en 2023, registraron más de 120 servicios realizados para el exterior, incluyendo la producción de contenido y publicidad, y más de 50 coproducciones internacionales que tuvieron ejecución de actividades durante el año.
A su vez, en cuanto a la inversión de la agencia para la promoción del sector, señalaron que “ha significado un estímulo para la atracción de servicios de producción internacional al país y para la concreción de producciones nacionales, que han logrado una actividad permanente para el sector”.
En 2023, el programa apoyó la realización de más de 20 producciones internacionales de mediano o gran porte en el país y “otro tanto de producciones nacionales que entraron en la etapa de producción durante el año”, sin contar a los servicios que se realizan sin pasar por el programa, que son “varias decenas, si incluimos la producción de contenidos y publicidad”, explicaron. Esto “implica un alto nivel de actividad para los talentos técnicos y artísticos nacionales”, agregaron.
En tanto, Capurro indicó que en esta administración de gobierno, al ver que el programa “funcionaba bien”, se ampliaron “bastante” los fondos destinados al mismo.
Actualmente, el fondo de fomento es de $ 54 millones, mientras que el fondo destinado al PUA es de US$ 12 millones, de acuerdo a la ACAU.
Desde la agencia señalaron que el fondo de fomento “tiene un especial énfasis en la producción de obra cinematográfica nacional” y, junto con el PUA, cuentan con “una acepción equilibrada entre la realización de producciones nacionales como un componente que apunta a la consolidación de un sector y su aporte a la creación de cultura y patrimonio audiovisual y cinematográfico”, además de buscar el “desarrollo de capacidades industriales”, complementándose los objetivos.
Además destacaron que en 2024, en particular, se van a incorporar algunas convocatorias dirigidas a la valorización del patrimonio audiovisual y se incluyen otros formatos audiovisuales, como los videojuegos o los formatos audiovisuales no tradicionales, que son parte del ecosistema.
Fuente: Diario El País