Termina la campaña electoral y se les pide a los candidatos un mensaje final. El domingo serán 45 días de campaña como candidato a diputado y quiero usar este espacio para plantear algunas reflexiones.
Una candidatura planteada para aportar al triunfo del Frente Amplio, consolidar el seregnismo como espacio político y especialmente plantear temas que entendemos necesarios debatir para construir consensos en torno al futuro de Salto.
Lamentablemente faltó debate y no solo de los televisivos con los candidatos cara a cara. Sabemos de primera mano que a los comunicadores les fue muy difícil armar los poquitos que hubo. Llama la atención cuando hablamos de candidatos al Parlamento, cuyo trabajo es básicamente hablar y debatir.
Escuchamos algunas propuestas que fueron solo titulares, parecería que a veces faltó profundizar en las propuestas, con preguntas y repreguntas, en definitiva debatirlas. Por ejemplo, parecería que todos los candidatos estamos de acuerdo en incorporar valor a la producción hortícola, pero no pudimos conocer claramente ni como se haría ni cuan viable puede ser en cada una de las propuestas, ni mucho menos cuanto se puede articular entre ellas.
Otras veces escuchamos candidatos a Diputados planteando arreglar calles y otras cuestiones que claramente son de competencia de la Intendencia o de los Concejos Municipales, temas que sin dudas debatiremos mucho para mayo.
Era una campaña electoral crucial para quienes nos inspiramos en la ética de la responsabilidad de Seregni, acompañamos a Danilo en el FLS o en Asamblea Uruguay y nos identificamos con su enorme aporte a nuestras capacidades de crecimiento y desarrollo y nos emocionamos con el profundo legado de Tabaré, ese gran Presidente que con su impronta hizo posible que muchos sueños se hicieran realidad, o entre quienes nos conmovemos con las palabras sabias de Pepe.
Tenemos un pedido muy especial de no rendirnos y vaya si lo cumplieron los miles de militantes frenteamplistas que hicieron el aguante en estos años y luego de la derrota de 2019 salieron a hablar con todos. Cara a cara con todo el país, con los más cercanos, pero también con los más distantes a nuestro proyecto político, a dialogar, escuchar, tratar de comprender desde el lugar del otro.
Así, con los jóvenes en sus ámbitos, con organizaciones sociales y sindicales, con las cooperativas, los pequeños y medianos productores, los emprendedores, los académicos, los pensionistas y jubilados, comenzamos a elaborar la propuesta programática, a partir de la realidad y las necesidades, pero también de los sueños de los uruguayos para construir una esperanza compartida.
Esa propuesta que hoy lidera la intención de voto fue posible por el enorme compromiso de miles de frenteamplistas.
La sociedad se dio cuenta que no solo no solucionaron lo que prometían, la inseguridad sigue siendo un drama; los precios y tarifas subieron más que antes y que los sueldos y las jubilaciones, el supergás prácticamente se duplicó y tenemos la nafta más cara de la región. Prometían transparencia y protagonizaron enormes y continuos escándalos de corrupción. Empeoraron las cifras macroeconómicas y aunque prometían ser la palanca del agro sometieron al sector al atraso cambiario más regresivo del Siglo.
A pesar del poco crecimiento, la síntesis que tiene la gente es que hoy Uruguay es más pobre, hay más niños pobres, es más desigual, más endeudado y con más déficit fiscal. Los beneficios del incremento de la riqueza deben ser para toda la sociedad.
Un cambio se hace urgente.
Promovemos el desarrollo integral del país, atendiendo las inequidades territoriales con políticas públicas y el diálogo como herramienta para construir una mejor convivencia social en el marco de la sustentabilidad ambiental, para que nuestro hábitat no sea una limitante.
Proponemos desarrollar una diputación que supere lo sectorial y trabaje junto a todo el Frente Amplio en hacer para beneficio de todos los salteños.
Por ello, renace la esperanza, que hay que militarla con intensidad en los días que restan, con respeto y con alegría. Porque en nuestro proyecto, no solo está la mayoría. Para reconstruir el Uruguay, nos necesitamos todos.
Tenemos RAZONES para la ESPERANZA.
Rogelio Texeira