MUSEOS EN LA NOCHE 2024
MUSEO MARIA IRENE OLARREAGA GALLINO
(URUGUAY 1067)
Viernes 13 de Diciembre
20hs
Presenta:
“RETRATO DE RELICARIO”
Mirando a Juan Edgardo Martinez “Juancho”
Propuesta Acción / Performatica
Colectivo Artistico: Luciana Mussetti, Lucila Rapetti, Laura Troncoso, Marcelo Hernández, Catalina Sánchez, Ileana Mayer, Leon Pavelesky, Luciano Battistutta, Daniel Pavelesky y Pablo Sánchez
Creación de Imágenes: Maximiliano Moller
Por Lic. Pablo Sánchez
El retrato como medio para captar la esencia y el carácter de una persona, como una manera de adentrarse en el alma humana.
El arte del retrato se remonta a los orígenes del hombre (y de la mujer, pero menos) y está presente en toda la historia de arte. Desde aquellos estilizados gobernantes egipcios, pasando por esos retratos naturalistas de la dinastía Fayum, de Rubens a Velázquez.
El retrato es un fiel reflejo de cada época, de la riqueza, de la pobreza, del poder, de la guerra, todas las personas individuales que conjuntamente forman la sociedad de cada momento. Y siempre ha sido un género muy ligado al encargo, pero también los artistas se han expresado por este medio sintiéndose atraídos por personas que han encontrado en su camino. Es una relación personal con otra persona que implica un proceso intelectual y creativo como lo fue la presente propuesta.
“El retrato es una revelación. Es la revelación del personaje. Es él como nunca
conseguirá verse a sí mismo en el espejo, como no conseguirán jamás verles sus
familiares, sus amigos…
Juan Martinez “Juancho”, es un artista salteño (Escritor, Artista Visual, Performer, etc) que significo y para nuestro entender, significa una referencia artística a considerar, valorar, resaltar y dar a conocer a las personas que ignoran su existencia.
“RETRATO DE RELICARIO” (seleccionado del Tema Musical “Mudanza” de Fernando Cabrera y Eduardo Darnauchans, este último, músico de culto para “Juancho”), es una propuesta que surge desde un pensarnos en relación a los demás, en el vínculo establecido entre los que transitamos por los caminos donde lo artístico es el motor de acción; esa comunicación de alma a alma. También lo consideramos como un ejercicio de aprender a “ver” al otro, hablando con términos teatrales “escuchar” al otro en toda su dimensión.
En esta acción la principal obra de arte es el propio cuerpo, cubierto de implicaciones semióticas, políticas, etnográficas, cartográficas y mitológicas.
El cuerpo también es el centro absoluto del universo simbólico –un modelo en miniatura de la humanidad (humankind y humanity son la misma palabra en español: humanidad) – y, al mismo tiempo, es una metáforan del cuerpo sociopolítico más amplio.
Nuestras cicatrices son palabras involuntarias en el libro abierto de nuestro cuerpo, en tanto que nuestros tatuajes, perforaciones (piercings), pintura corporal, adornos, prótesis, y/o accesorios robóticos, son frases deliberadas.
Rescatar el espíritu de “Juancho” como creador performatico, como artista de acción que cuestionaba nuestra identidad body/corpo/arte-facto para de esa manera, ser marcada, decorada, pintada, vestida, culturalmente intervenida, re-politizada, trazada como un mapa, relatada, y finalmente documentada.
Leer nuestros cuerpos como territorios ocupados para descolonizarlos y a través de las tensiones del riesgo, encontrar nuestras posibilidades corpóreas sin descartar que nuestros cuerpos son imperfectos, frágiles y de apariencia extraña según el punto de vista del participante.
El proceso nos llevó a confirmar que nuestra inteligencia, como la de los chamanes y los poetas, es simbólica y asociativa. Nuestro sistema de pensamiento tiende a poseer fundamentos tanto emocionales como corporales. De hecho, el performance siempre empieza en nuestra piel y nuestros músculos, se proyecta sobre la esfera social, y regresa, por vía de nuestra psique, a nuestro cuerpo y a nuestro torrente sanguíneo; sólo para ser refractado nuevamente al mundo social a través de la documentación.
Tendemos a desconfiar de todos aquellos pensamientos que no podemos o encarnar. Aquellas ideas que no podemos sentir profundamente, tendemos a no tomarlas en cuenta. En este sentido, podemos decir que el performance es una forma de teoría incorporada al cuerpo…
“Juancho”, desde sus propuestas nos arrastró a investigar y conceptualizar hasta llegar a confirmar que un “evento” o “acción” de performance es simplemente el segmento de un proceso mucho más largo que no está disponible para el público y, en este sentido, stricto sensu, no tiene principio ni fin. En esta acción/performatica, la nuestra, sencillamente elegimos una porción de nuestro proceso y abrimos las puertas para exponer al público a esta experiencia.
En esta experiencia, las nociones de tiempo y espacio entran en relación con un “ahora” y un “aquí” hiper-intensificados; deambulando en el espacio ambiguo entre el “tiempo real” y el “tiempo ritual”, en oposición al tiempo teatral o ficticio. Generamos tensiones con la “presencia” y la actitud desafiante en oposición a la “representación” o la profundidad psicológica; con el “estar aquí” en el espacio en oposición al “actuar” o fingir que somos o estamos siendo.
El uso de las vivencias compartidas con el creador nos conducen a que al igual que el tiempo, para nosotros el espacio también es “real”, hablando desde el punto de vista fenomenológico. El edificio donde acontece el performance es precisamente ese lugar. La performance ocurre precisamente en el día y el tiempo en el que tiene lugar, y en el preciso lugar en el que tiene lugar. No existe magia teatral. No hay suspensión de inverosimilitud.
La inquietud y los cuestionamientos en las búsquedas de “Juancho” lo hicieron transitar por aquellos lugares donde las prácticas performaticas entran en tensión con los discursos hegemónicos del arte, en los que la obra artística es el eje central, desapareciendo el aspecto aurático del objeto y potenciando la relación vivencial en el aquí y el ahora, en el diálogo entre performer, público, espacio, acción y objetos activados en la performance.
Si bien el perfil artístico de “Juancho” es amplísimo, la detención se alojó en la presencia ritual de su corporeidad en acción y desde allí se disparó y amplio la propuesta creativa a compartir.
Las referencias son muchas y variadas las cuales gradualmente las iremos dando a conocer para que de alguna manera se conozca el sustento conceptual de este hecho artistico.
Como colectivo conformado por: Luciana Mussetti, Lucila Rapetti, Laura Troncoso, Marcelo Hernández, Catalina Sánchez, Ileana Mayer, Luciano Battistutta, Daniel Pavelesky y Pablo Sánchez; decidimos vivir un proceso basado en la materialización de una “lectura” sobre el universo creativo de “Juancho”, un acto creativo propio y personal que no busca ningún tipo de reproducción literal. Tampoco es la idea que la propuesta desarrolle un recorrido cronológico ni biográfico sobre la labor artística de “Juancho” sino que compartir un concepto sobre el creador.
Y allí llegamos, y allí volvemos, al nido, su nido, su lugar de paso… El nido cuida, protege, refugia, ampara, preserva, cobija, calienta, sostiene, contiene…un nido es el hogar, la familia, la madre, el lugar de origen, el pueblo, el campo…
En un nido se duerme, se come, se está con la madre, se está tranquilo/a y sereno/a. El nido protege aunque no es indestructible. El nido aísla, prepara, separa, limita, es un estado transitorio… un ciclo, un bucle interminable…
Retrato de Relicario… como un lugar/ no lugar donde lo atemporal se pausa, se detiene en acción, la muerte como nacimiento, como música congelada que protege un cuerpo cuyo aleteo de sus extensiones, lo despegan de esa celda y lo elevan hasta lo más alto, hasta el zenit emocional para descender luego en caída libre, en picada, hacia su mayor consuelo. Allí, acurrucado en ese cuenco natural adopta su forma /ovillo…cierra sus pequeños ojos, hace como si durmiera para concebir el sueño, dormita plácidamente hasta que se vislumbre un nuevo comenzar. Este ritual sucede porque los hilos invisibles nunca dejaron de estar tensos, nunca dejaron de dejar fluir la energía, las musas se encargaron de que el bucle no se detuviera y que los cronopios no pausaran su existencia, que permanecieran sin estar, que fueran en lo invisible y se mostraran en lo oculto.
Este compartir performatico sucederá en el MUSEO MARIA IRENE OLARREAGA GALLINO
(URUGUAY 1067) dentro del marco de “Museos en la Noche” el Viernes 13 de Diciembre a las 20hs
Colectivo Artístico: Luciana Mussetti, Lucila Rapetti, Laura Troncoso, Marcelo Hernández, Catalina Sánchez, Ileana Mayer, Leon Pavelesky, Luciano Battistutta, Daniel Pavelesky y Pablo Sánchez
Creación de Imágenes: Maximiliano Moller
Agradecimiento muy especial a: Gabriela Pedetti.y al personal del Museo