Por el Prof. Regino López
El 27 de junio de 1973, el país comenzaba a transitar por la etapa más oscura de la vida nacional. Los militares, con el apoyo de un grupo de civiles se hacían del gobierno, desconociendo la Democracia, la Constitución y los Derechos Humanos. El parlamento fue disuelto, sus miembros fueron algunos proscriptos, otros perseguidos y otros como Zelmar Michellini y Héctor Gutiérrez Ruiz cobardemente asesinados.
La resistencia del movimiento sindical, unificado bajo la bandera de la recientemente fundada Convención Nacional de Trabajadores (CNT) fue ejemplo al mundo. Durante 15 días heróicos, los trabajadores y trabajadoras paralizaron al país, con un huelga que “hirió de muerte” a la dictadura civico-militar. El pueblo entero resistió y la dictadura no logro durante la larga noche en que sumió a la nación, legitimidad alguna.
El accionar del gobierno dictatorial tuvo como mayor característica, las persecuciones, torturas y desapariciones de aquellos que pensaban diferente y de una u otra forma resistían la tiranía y autoritarismo del gobierno.
En la búsqueda de mantener presente en la memoria colectiva estás trágicas acciones y con el gran objetivo de construir una sociedad cada día más democrática, se declaro el día 27 de junio, como “Día de la resistencia y defensa de la democracia”. La ley que designa este día es la ley 19.211 y el objetivo principal es de recordar. Recordar para que nuca más pase. Recordar para que nunca más haya ciudadanos categoría A, B o C. Recordar para que nunca más el país sufra terrorismo de Estado.
