Albisu, su obsesión y su mundo de fantasía (Por Gabriel Rodríguez Fleitas)

Albisu, su obsesión y su mundo de fantasía (Por Gabriel Rodríguez Fleitas)

En un reportaje en el diario El País el día 14 de febrero pasado, este político salteño en campaña a la intendencia, hablando sobre su gestión al frente de Salto Grande, insiste en repetir un relato, su relato, cual superhéroe con un toque de buen samaritano.
Dice, ante una pregunta “ingenua” del periodista, que su gestión fue transparente, que no hubo corrupción, que fortaleció los fondos para responsabilidad social, que quedaron más aportes en Salto y se declara responsable/creador de la recuperación de la Costanera Norte, “…donde se invirtió US$ 1 millón para frenar la erosión y mejorar el entorno…”.

Después de haber tenido que renunciar a su cargo en setiembre de 2023 debido a los escándalos que, como nunca pusieron a Salto Grande en los titulares de todas las (malas) noticias por varias semanas, y haber deteriorado la imagen pública del Organismo Binacional y por rebote la moral de todos sus funcionarios, este candidato sigue repitiendo esta fantasía que agrede la inteligencia. Y mucho más nos agrede a quienes dedicamos muchos años de nuestra vida profesional a Salto Grande. ¿Cómo puede ser seguir, impunemente, engañando a la gente solo por su obsesión de ser intendente?

Albisu el transparente

Hacia adentro de CTM modificó normas y resoluciones que solo hicieron más opaca la gestión, eliminó los accesos abiertos del personal a documentos que antes eran públicos, movió personal de puestos a los que habían accedido por concurso solo por ser sospechados de cercanía a la delegación uruguaya del período anterior, trasladándolos a puestos y tareas donde no tuvieran acceso a la información; eliminó concursos casi finalizados, sin dar explicación a participantes externos y consultoras privadas, para colocar en esos puestos personas a dedo, y un largo etcétera.

Hacia afuera de CTM no fue transparente en los más de 30 ingresos directos de amigos y correligionarios que no surgieron de concursos o mecanismos de selección, ni tampoco los más de 20 acomodos o ascensos con mejora en las remuneraciones de funcionarios allegados, amigos/as o familiares; nunca explicó por qué decidió otorgarle en forma directa más de diez millones de pesos a la amiga Fundación a Ganar sin mediar licitación, ni tampoco explicó la justificación de otras donaciones a privados que a priori llaman la atención, como la Asociación Rural de Paysandú, solo por poner un ejemplo. Anunció mil y una “inversiones de desarrollo regional” que vendrían a Salto a dar cientos o miles puestos de trabajo, pero no se concretó ninguna. Y otro largo etcétera.

¿Cuál transparencia?

Corrupción

Según la definición de la RAE y los criterios de la Junta de Transparencia y Ética Pública, es fácil encontrar en la gestión de Albisu actos de corrupción. Lo lamento si parece agresivo.
La designación directa de personas vinculadas políticamente, que directa o indirectamente generan un beneficio personal y partidario para el candidato, pagado con dineros públicos o la asignación directa de cuantiosos fondos a organizaciones privadas que tienen vínculos probados con el partido de Albisu, ¿no son actos de corrupción? ¿no se compran voluntades y se pagan favores de esta forma? ¿no se trata en forma desigual a los demás ciudadanos salteños y uruguayos, que podrían ocupar los cargos con las mismas o mejores aptitudes que los amigos/as?

Las obras en la Costanera norte de Salto y otros recursos para Salto

Decir que estas obras son resultado de la “impronta Albisu”, de volcar más recursos a Salto que otras delegaciones, es mezquino y falso. Las obras en la costanera se definieron en la gestión 2015-2019 del Frente Amplio, y se incluyeron en el financiamiento del BID en el marco del Proyecto de Renovación de Salto Grande, existe documentación oficial y registros de prensa de la época que así lo demuestran. Lo que Albisu hizo fue lo que tenía que hacer, o sea, darle continuidad al proceso y tuvo la suerte de inaugurar una obra que se inició en el
período anterior.

Con respecto a los recursos volcados a Salto tenemos una diferencia conceptual con el candidato. El va por el asistencialismo, por fomentar los actos personales para estar siempre en la foto, la vieja política de la gauchada que busca votos a cambio de favores, pero que a la vez significa desprecio por la gente como seres pensantes. Nosotros apostamos a menos exposición, pero a más calidad, a trabajo en conjunto con organizaciones y estado, a fomentar el desarrollo en serio a través de la capacitación, de buscar y construir proyectos sostenibles. La
Fundación Salto Grande es un ejemplo concreto que dejamos funcionando para ello.

Final

Lo que queda claro una vez más, es que Albisu no entendió nada. Él fue designado para dirigir un organismo cuya misión principal es generar y transmitir energía para casi la mitad del país, gestionar las crecidas y colaborar con la gestión ambiental del Río Uruguay, trabajar, en serio, la integración binacional y la responsabilidad social; pero de eso, se olvidó. Destinó su tiempo y recursos a jugar al intendente paralelo y abandonó los temas importantes del Complejo Hidroeléctrico, dejó en soledad a los buenos funcionarios de Salto Grande, perdió soberanía frente a la delegación argentina, cambiando fichas para sus acomodos que perjudican el buen funcionamiento de la CTMSG; poniendo a Uruguay en una posición extremadamente débil. Como frutilla de la torta cambió el estatuto del personal, favoreciendo a los acomodados/as y resolviendo mejoras que beneficiaban directamente a jerarquías allegadas (Gelpi, Arcieri, Albertoni, etc.). Y aquí también
hay un largo etcétera.

Nunca ha respondido, este médico candidato, a la pregunta de por qué, si está tan convencido que hizo las cosas tan bien y tiene el apoyo de su amigo Luis Lacalle, no asistió a la interpelación que la Cámara de Diputados, por primera vez en la historia de la CTMSG, hizo a los ministros de Relaciones Exteriores y de Economía y a los delegados del Uruguay. No enfrentó una interpelación que, en todo el
período recibió el PEOR resultado para este gobierno. Prácticamente toda la Cámara (95 en 97 diputados) desaprobó su política de personal, exigiendo la renuncia de todos los ingresos truchos y la mayoría exigió la renuncia de toda la delegación del Uruguay. Un bochorno. El candidato prefirió escapar antes de dar respuestas.

Albisu demostró que ha sido incapaz de dirigir y gestionar Salto Grande, haciéndole mucho daño al organismo, su personal y al país, de eso no tengo duda, ¿tomaremos el riesgo de darle el poder de gestionar lo público?

18 de febrero de 2025
Gabriel Rodriguez Fleitas
CI 35754208

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