Por la Dra. Agustina Escanellas – Vamos Salto
Hablar de Sofildo Piñeiro es hablar del “amigo”, así como lo conocemos todos en Salto y más allá de los límites del Departamento. Hablar del “amigo” es decir mucho más que de un destacado jugador de fútbol, es hablar de un ser humano con valores intachables que demostró a lo largo de los años una conducta solidaria y ejemplar, tanto dentro como fuera de la cancha.
Comenzó su carrera futbolística en el club Almagro, en 1967 fue convocado a la Selección Salteña a la cual representó durante 20 años, siendo el jugador que más partidos disputó en nuestro selección, en nuestra Liga Salteña de Fútbol y en la Organización del Fútbol del Interior.
Vistiendo la camiseta de Salto fue campeón del Litoral en 1971, 1978, 1979 y 1982. En 1979 fue Campeón del Interior, primera consagración de nuestro Departamento en esa categoría, que lo llevaba al “amigo” como Capitán y en el arco a otro recordado salteño como lo es Ramón Rivas. Tuvieron que pasar 37 años para que en 2015, la Selección de Salto volviera a lograr el campeonato del interior, esta vez con Rivas en la Dirección Técnica y con Sofildo como uno de los principales colaboradores allí presente.
El amigo se retiró de la Selección el 14 de febrero de 1987 luego de disputar un encuentro con nuestro clásico rival en Paysandú, sin haber faltado a un solo partido o práctica durante dos décadas. Ese día, la noticia de que su compañero de equipo “el Gringo” había sido padre, fue entonces que Solfido al enterarse de la noticia, además de felicitarlo le deseó que ese niño pudiera cumplir sus sueños de ser un jugador profesional. El niño que nació ese día fue Edison Cavani, a quien todos conocemos.
Colgó los botines en 1989 cuando se retiró como jugador en su querido club Almagro. En su vitrina personal encontramos reconocimientos de los más variados, desde el Balón de Oro entregado por el Diario El Día a diferentes homenajes que se le realizaron hasta el presente.
Desde su retiro como jugador a sabido de una adhesión sin condiciones a las selecciones salteñas. Como colaborador junto a su compañera de vida, Mary, “la amiga”, quienes durante varios años han preparado la comida de los planteles, lavado equipos deportivos, alcanzado materiales de trabajo, fueron desde peloteros hasta una voz de aliento y de experiencia por la cual pasaron decenas y cientos de jugadores de nuestro Departamento. Desde el lugar que fuera, siempre “defendiendo la camiseta que uno más quiere” al decir del propio Sofildo.
El pasado 25 de octubre asistió al Estadio Dickinson para presenciar una final con victoria y consagración salteña, por tercera vez a nivel del Interior para su selección. A las pocas horas y colaborando en el club Ferro Carril, el deterioro de su salud, episodio del que se ha venido recuperando.
Hoy, como salteña y futbolera celebro la aprobación de la propuesta de una pensión graciable por parte de la comisión y espero que pronto sea una realidad. Valorarlo, a quien con penurias económicas no dejó de colaborar y ser un referente del fútbol salteño y del interior, más que del fútbol un referente de vida. Es una actitud de justicia y de honor al amigo.