La conducta del Gobierno (Por el diputado Felipe Carballo)

Estar alertas y actuar para no perder más derechos.

Hay un hecho plenamente confirmado que no escapa a nadie y es el aumento de la pobreza en Uruguay, poco a poco hemos venido siendo testigos del deterioro de la calidad de vida en Uruguay, la baja del poder adquisitivo, la pérdida de salarios, de las fuentes de empleo, sumado al aumento de tarifas públicas, el aumento mensual de combustibles y la amenaza que recae sobre la población de quitar los subsidios al gas, lo que obviamente también redundaría en la suba de su precio. Hechos estos que no debemos naturalizar, porque implican pérdidas de derechos y un retroceso a un Uruguay que pensábamos que quedaba atrás.

No debería sorprendernos, estas políticas ya fueron aplicadas en el gobierno anterior del Partido Nacional.

El tema es que este gobierno prometió lo contrario y mintió descaradamente en la campaña electoral y lo sigue haciendo y hay que exigirle que comience a gobernar para todos, haciendo caer ese pilar nefasto de su política como es la LUC.

Debemos decir que no, que no es necesario subir los combustibles todos los meses, el Estado no compra todos los días ni compra todos los meses, esto implica que hay una decisión política de subir los combustibles que bien podría ser distinta, y que apunta a apretarle el cinturón a los uruguayos y que sobre todo sea el bolsillo de Juan Pueblo quien pague los costos de la crisis. Es una política artera además, porque todos sabemos que el fin último es hacer caer las empresas públicas, hacerlas aparecer como ineficientes, costosas, decir que despilfarran, para lograr su desmantelamiento y entrega a los amigos del gobierno.

El tema aquí es que hay una mala gestión para los intereses de los uruguayos y una buena gestión con tendencia a privatizar para los amigos, una empresa que en nuestro concepto debe contribuir a que el Estado sea el escudo de los más débiles.

La pandemia se ha transformado en la excusa perfecta para llevar este proyecto neoliberal desarticulador del Estado, compartimos que la pandemia plantea grandes desafíos, pero las medidas, la gestión económica y social, no han estado a la altura y no lo van a estar.

Estamos dando la pelea en la rendición de cuentas para que se transparente la gestión del Estado, que las cosas que están en el presupuesto y aún siquiera se han empezado a plasmar pasado año y medio de gobierno, cuestiones hasta de planificación en un escritorio para lo que la pandemia no sirve de excusa.

Estamos dando la pelea para que no se creen más cargos como los llamados adscriptos y contrataciones de amigos, tratando de lo que a nuestro criterio son normas que atacan a los funcionarios públicos, prestándose para que los jerarcas de este gobierno elijan a sus funcionarios a dedo.

Si la pandemia como era evidente, sin medidas acordes afectaría a la población vulnerable, con más razón ha afectado a las minorías, porque su punto de partida era de mayor vulnerabilidad, lo advertimos a tiempo y pedimos si habían relevado datos al respecto, lejos de eso quitaron de los censos la variable étnico-racial por lo que mal pueden elaborar políticas específicas para esta población.

Resulta qué a nivel de Naciones Unidas, si hay estudios de impacto, que confirman lo que fácilmente era predecible. Lamentablemente se confirma en el caso de la población afrodescendiente que la niñez y la adolescencia es de las más afectadas por la no presencialidad en la educación, que la pobreza que ya tenía indicadores diferenciales en los afros también se incrementó y lo mismo sucede a nivel de empleo, sin embargo, al momento de querer incluir dentro de los diferentes proyectos la consideración a esta población, no hemos contado con el eco de la coalición multicolor.

Párrafo aparte merece la conducta del gobierno o más bien del herrerismo, llevando a sus socios multicolores como furgón de cola quienes se enteran de las políticas públicas después que se hacen las resoluciones, como en el caso del BROU, que podría perder depósitos del propio Estado a manos de la banca privada, sin que el director de la coalición se haya enterado o anuncios de gobierno como firmados al pasar, para después dar marcha atrás si los afectados lo advierten a tiempo. Ejemplos de esto hay muchos o de la última, en la cual la esposa del presidente pretendía registrar como marca personal un programa financiado con presupuesto público.

Las pandemias pueden existir lo que no puede existir es falta de políticas públicas, gestión o al menos empatía.

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