Un año y dos meses ya desde que convivimos con este maldito virus que nos ha hecho tanto daño, que la he hecho tanto daño al Mundo.
Ha sido difícil, la peleamos casi un año con daños muy inferiores al resto, pero lamentablemente nos llegó lo que el Mundo ya tenía hace rato, que fue el peor momento de la epidemia, en contagios y en dolorosas muertes.
La parte media llena del vaso es que el peor momento nos encontró con la vacunación en marcha y con gran velocidad, lo que hace pensar que la luz al final del túnel está mucho más cerca que antes, pero claro, cada muerte nos duele a todos.
Ahora, está ola que hoy nos hace daño, también nos trajo toda la miseria humana que teníamos escondida mientras las aguas estaban más calmas. Se agitaron las aguas y aparecieron oportunistas de todos colores y rangos.
Desde los agitadores del desastre tratando de que la ola se vea más grande y fea de lo que es, con el solo objetivo de vender y lucrar con el morbo, hasta los más bajos niveles de dirigencia política tratando de sacar ventaja partidaria con la muerte de muchos hermanos uruguayos. Sinceramente estas cosas me generar desprecio y rechazo.
Hay algo que me deja un poco más tranquilo, es que cuando las aguas bajen, y vuelvan de a poco a su cauce normal, se comenzarán a ver las piedras.
Hay cosas que no se hacen, y estoy convencido que las juzgará la historia.
Facundo Marziotte