El XXXIII Congreso del PCU, máximo órgano de dirección y expresión superior soberana de las y los comunistas, fue una instancia de democracia partidaria, un proceso de elaboración y discusión de varios meses. De ese proceso participaron miles de militantes, en reuniones de más de 300 organismos, en todos los departamentos, en Argentina y otros lugares del mundo donde viven y militan las y los comunistas uruguayos, se adoptaron definiciones políticas y se eligieron todos los niveles de dirección partidaria. En la instancia final de este fin de semana participaron más de 1.100 delegadas y delegados.
En el acto inaugural de nuestro Congreso, como lo fue en todo su desarrollo, estuvimos rodeados de compañeras y compañeros del gobierno nacional, con la presencia de la vicepresidenta de la República, Carolina Cosse, y de los gobiernos departamentales y municipales, parlamentarias y parlamentarios, el compañero Fernando Pereira, presidente de nuestro Frente Amplio, de sus partidos, sectores y bases y del movimiento obrero y popular. Destacamos la presencia de delegaciones de partidos comunistas hermanos, de representaciones diplomáticas y los saludos llegados de todo el mundo. Agradecemos y valoramos esas presencias.
El Congreso se dio en medio y de cara a las luchas de nuestro pueblo y buscó sintetizar y promover iniciativas que permitan resolver las contradicciones planteadas en la realidad a favor de una perspectiva popular y, también, con especial atención, a las luchas de los pueblos hermanos, la acción del imperialismo y la necesaria solidaridad internacionalista.
Nuestro Congreso se realizó cuando la humanidad vive uno de los momentos más peligrosos de la historia, la crisis del capitalismo, la emergencia de un mundo multipolar con los BRICS y particularmente el rol que juega China, hacen que la potencia imperialista en declive, EEUU, se vuelva más agresiva y peligrosa. El capitalismo pone en peligro la vida y la propia existencia del planeta y genera niveles de desigualdad inéditos en la historia. Las múltiples guerras en desarrollo hacen que la defensa de la paz y el multilateralismo sean hoy una tarea de primer orden.
Ratificamos nuestra condena al genocidio perpetrado por el Estado de Israel y el gobierno ultraderechista de Benjamín Netanyahu, con la complicidad de EEUU, contra el pueblo palestino.
Reclamos el alto al fuego real, el ingreso de ayuda humanitaria sin restricciones y con supervisión internacional, la construcción de una paz duradera que se debe basar en la existencia de dos Estados.
En nuestro continente esa agresividad del imperialismo yanqui tiene una de sus expresiones más descarnadas en la amenaza y agresión contra la República Bolivariana de Venezuela; el despliegue de la fuerza naval de guerra más grande de las últimas décadas frente a sus costas, el cierre del espacio aéreo, la autorización a la CIA para acciones encubiertas, la guerra económica, el secuestro de un buque petrolero y la amenaza de inminentes ataques terrestres, que también, según indicó Donald Trump, podrían alcanzar a Colombia y México. EEUU utiliza la excusa de la lucha contra el narcotráfico y ya ha asesinado a 87 personas. Hemos expresado nuestra condena a esta agresión imperialista, lo propio han hecho el PIT-CNT y nuestro Frente Amplio.
Denunciamos la amenaza y la agresión del imperialismo yanqui cuyos verdaderos objetivos quedan expuestos en la nueva Doctrina de la Seguridad Nacional que reivindica la Doctrina Monroe. La agresión es contra Venezuela, pero pone en riesgo la paz de todo el continente. Expresamos nuestra solidaridad con Venezuela, con Colombia y México, amenazados y con Cuba y su revolución, contra la que EEUU ha incrementado el bloqueo y las amenazas.
La situación es grave y no alcanza con la denuncia. Hay que defender la paz, el respeto a la soberanía y la autodeterminación de los pueblos y la vigencia de la declaratoria de América Latina y el Caribe como zona de Paz de la CELAC en 2014 y como zona libre de armas nucleares por el Tratado de Tlatelolco de 1967.
Estamos trabajando y lo seguiremos haciendo para que, en torno a todas estas situaciones, nuestro gobierno se pronuncie y actué en el sentido que lo han hecho nuestro Frente Amplio y el
movimiento popular, y también, para organizar la más amplia solidaridad.
Es en esa situación mundial y continental que en nuestro país la lucha de nuestro pueblo logró desplazar del gobierno a la expresión política de las clases dominantes y recuperarlo con el Frente Amplio, principal objetivo planteado por nuestro XXXII Congreso. El Frente Amplio ganó el gobierno nacional, 4 gobiernos departamentales y 32 municipales, mayoría en el Senado y la bancada más grande de Diputados, pero sin mayoría propias.
El gobierno de derecha dejó un Uruguay más desigual, con más dependencia, con el déficit fiscal más grande de las últimas décadas, con deudas impagas, con contratos altamente perjudiciales para el Uruguay y con emergencias sociales que no pueden esperar. Nuestro gobierno del FA, encabezado por el compañero Yamandú Orsi, enfrenta esas restricciones, que, a nuestro entender implican desafíos a superar y no obstáculos inmodificables.
Con la acción del gobierno, parlamentaria y política del FA y la lucha popular se consiguió en estos meses la aprobación del Presupuesto Nacional, que a diferencia del de la derecha no es de ajuste e incluye medidas tributarias a las grandes transnacionales y a los capitales en el exterior. Los incrementos están dirigidos principalmente a la infancia y a los sectores más vulnerables. Valoramos el trabajo realizado en el Parlamento por las bancadas del FA, en diálogo con las organizaciones sociales, que lograron mejoras. Hay que agregar otras acciones positivas de nuestro gobierno y de la acción parlamentaria, como la ampliación del FOCER y la abreviación del trámite expropiatorio de las viviendas con deuda compensada; la duplicación de la inversión en vivienda para los sectores más vulnerables, que pasará de 355 millones de dólares en el período anterior a 700 millones en este; la inclusión en el Presupuesto de la convocatoria a un diálogo nacional hacia una Estrategia Nacional de Desarrollo; la duplicación del alcance de los comedores en la enseñanza media; el fortalecimiento de las becas en Secundaria; la convocatoria al Diálogo de la Seguridad Social; las iniciativas de infraestructura y obra pública; la construcción del Plan Nacional de Seguridad; los avances en la Ronda de Consejos de Salarios. Junto con esto se enfrentaron dos decisiones del gobierno de derecha altamente perjudiciales para nuestro país: el Plan Neptuno y el escándalo del contrato para la construcción de dos patrulleras a Cardama
La aprobación del Presupuesto y las medidas señaladas son importantes, pero no son suficientes, no alcanza para afrontar la emergencia social, las justas demandas de nuestro pueblo y para la aplicación del Programa del FA, que es una respuesta necesaria a las mismas. Queda planteado el desafío de generar las condiciones en las próximas Rendiciones de Cuentas, de que la participación del Estado en la economía esté en línea con una Estrategia de Desarrollo Nacional y para satisfacer las necesidades de nuestro pueblo.
Todo esto se conquistó en el marco de un permanente ataque de la derecha, hacia el gobierno, hacia el FA y muy particularmente contra el movimiento sindical y popular.
Para las y los comunistas la unidad es una conquista estratégica de nuestro pueblo, ella supone el debate franco de las diferencias y la construcción de síntesis unitarias superadora: asumimos ese desafío. Junto a las y los frenteamplistas y a nuestro pueblo militamos con todas nuestras fuerzas para conquistar este gobierno, que es el nuestro, contribuimos a él, y consideramos que la mejor manera de hacerlo es plantear con franqueza nuestras ideas, construir síntesis unitarias y avanzar.
Por eso, consideramos fundamental promover iniciativas desde el gobierno, el Parlamento, el FA y el movimiento popular, para conquistar avances populares. En ese sentido adquiere especial relevancia la iniciativa promovida por el PIT-CNT de gravar al 1% más rico de la población para obtener los recursos necesarios para erradicar la pobreza infantil, una de las manifestaciones más graves de la desigualdad. La propuesta elaborada por una comisión de economistas y expertos tributarios tiene un importante sustento técnico. Ha generado un importante debate y cosechado apoyos académicos, de organizaciones sociales y de sectores políticos que se están multiplicando. El PCU la respalda, son recursos necesarios y posibles de obtener para atender un imperativo ético, no alcanza con lo que se ha podido destinar hasta ahora. El Congreso asume el desafío de construir el apoyo social y político que la haga posible.
Serán iniciativas por las que desarrollar la lucha en este período: la construcción de una Estrategia Nacional de Desarrollo, la Ratificación del Convenio 158 de la OIT, la Reducción de la Jornada Laboral, la creación de más y mejor empleo, el Diálogo de la Seguridad Social, el Congreso Nacional de Educación y la construcción de un movimiento social por la vivienda con la participación activa de la academia y las organizaciones sociales, por un rol activo y democrático del Estado resolviendo el suelo urbano y acompañado por un presupuesto acorde que priorice atender este derecho vulnerado hoy para cientos de miles.
Nuestro Congreso se realizó en el 50 aniversario del Operación Morgan, con la que la dictadura fascista buscó aniquilar la resistencia popular y en particular al PCU y la UJC y a 40 años de que la lucha de nuestro pueblo recuperó la democracia. Refirmamos nuestra posición, que es la del FA y de todo el movimiento popular, de compromiso con la lucha contra la impunidad, por memoria, verdad y justicia, nunca más dictadura y con la necesidad de que los peores criminales de nuestra historia, responsables de crímenes de lesa humanidad contra nuestro pueblo, deben cumplir su condena. En ese sentido, queremos destacar el reciente procesamiento de uno de los asesinos de nuestro camarada Horacio Gelós Bonilla, a 50 años de su secuestro y desaparición por la dictadura fascista y la inauguración del Sitio de la Memoria en el 300 Carlos o Infierno Grande
La aprobación del Presupuesto y las medidas señaladas son importantes, pero no son suficientes, no alcanza para afrontar la emergencia social, las justas demandas de nuestro pueblo y para la aplicación del Programa del FA, que es una respuesta necesaria a las mismas. Queda planteado el desafío de generar las condiciones en las próximas Rendiciones de Cuentas, de que la participación del Estado en la economía esté en línea con una Estrategia de Desarrollo Nacional y para satisfacer las necesidades de nuestro pueblo.
Todo esto se conquistó en el marco de un permanente ataque de la derecha, hacia el gobierno, hacia el FA y muy particularmente contra el movimiento sindical y popular.
Para las y los comunistas la unidad es una conquista estratégica de nuestro pueblo, ella supone el debate franco de las diferencias y la construcción de síntesis unitarias superadora: asumimos ese desafío. Junto a las y los frenteamplistas y a nuestro pueblo militamos con todas nuestras fuerzas para conquistar este gobierno, que es el nuestro, contribuimos a él, y consideramos que la mejor manera de hacerlo es plantear con franqueza nuestras ideas, construir síntesis unitarias y avanzar.
Por eso, consideramos fundamental promover iniciativas desde el gobierno, el Parlamento, el FA y el movimiento popular, para conquistar avances populares. En ese sentido adquiere especial relevancia la iniciativa promovida por el PIT-CNT de gravar al 1% más rico de la población para obtener los recursos necesarios para erradicar la pobreza infantil, una de las manifestaciones más graves de la desigualdad. La propuesta elaborada por una comisión de economistas y expertos tributarios tiene un importante sustento técnico. Ha generado un importante debate y cosechado apoyos académicos, de organizaciones sociales y de sectores políticos que se están multiplicando. El PCU la respalda, son recursos necesarios y posibles de obtener para atender un imperativo ético, no alcanza con lo que se ha podido destinar hasta ahora. El Congreso asume el desafío de construir el apoyo social y político que la haga posible.
Serán iniciativas por las que desarrollar la lucha en este período: la construcción de una Estrategia Nacional de Desarrollo, la Ratificación del Convenio 158 de la OIT, la Reducción de la Jornada Laboral, la creación de más y mejor empleo, el Diálogo de la Seguridad Social, el Congreso Nacional de Educación y la construcción de un movimiento social por la vivienda con la participación activa de la academia y las organizaciones sociales, por un rol activo y democrático del Estado resolviendo el suelo urbano y acompañado por un presupuesto acorde que priorice atender este derecho vulnerado hoy para cientos de miles.
Nuestro Congreso se realizó en el 50 aniversario del Operación Morgan, con la que la dictadura fascista buscó aniquilar la resistencia popular y en particular al PCU y la UJC y a 40 años de que la lucha de nuestro pueblo recuperó la democracia. Refirmamos nuestra posición, que es la del FA y de todo el movimiento popular, de compromiso con la lucha contra la impunidad, por memoria, verdad y justicia, nunca más dictadura y con la necesidad de que los peores criminales de nuestra historia, responsables de crímenes de lesa humanidad contra nuestro pueblo, deben cumplir su condena. En ese sentido, queremos destacar el reciente procesamiento de uno de los asesinos de nuestro camarada Horacio Gelós Bonilla, a 50 años de su secuestro y desaparición por la dictadura fascista y la inauguración del Sitio de la Memoria en el 300 Carlos o Infierno Grande.
El Congreso asume el desafío de desarrollar el bloque político y social, democrático y radical de los cambios, y, para ello, fortalecer la unidad política y social del pueblo.
Nuestro FA tiene un papel fundamental a jugar. El desarrollo de su Plan Político, su movilización, el diálogo directo con nuestro pueblo, el fortalecimiento los Comité de Base, el fortalecimiento de su unidad y la síntesis a lograr e en su próximo Congreso, contarán con el esfuerzo y el aporte de las y los comunistas.
El protagonismo popular organizado es central en un proceso de transformación social, no solo no es un problema, es un componente sustancial y necesario. El fortalecimiento y despliegue de la lucha del movimiento sindical, de su central única y de los sindicatos, de todo el movimiento popular, es una tarea central que también requerirá nuestros esfuerzos.
Asumimos el desafío de construir en unidad, con iniciativa política, debate ideológico, lucha popular, movilización del FA, acción transformadora desde el Parlamento, desde los gobiernos
departamentales y el nacional, síntesis superadoras para avanzar en el cumplimiento del Programa y conquistas populares.
El Congreso abordó los caminos para construir un PCU y una UJC a la altura de los desafíos que el momento histórico, en su gravedad y en sus potencialidades, plantea. Un PCU más grande, más organizado, con más medios, con más lazos con nuestro pueblo y con la sociedad. Un PCU con más capacidad de lucha, de elaboración y de propuesta para ponerlas al servicio de la emancipación de nuestro pueblo. Un Partido que contribuya a dar respuestas a las necesidades urgentes de nuestro pueblo y a la acción transformadora de los gobiernos frenteamplistas. Para ello aprobó la construcción de un Plan Estratégico que, con su elaboración y su desarrollo, implique un salto en calidad en la construcción partidaria. Un Partido constructor de la unidad política y social del pueblo y de su protagonismo. Un Partido comprometido en lograr una síntesis política y social superadora del capitalismo. Un Partido para avanzar en democracia, hacia una democracia avanzada, con rumbo al socialismo. Un Partido para la Revolución. Un Partido para la pública felicidad.

