Sigue en aumento los precios de los alimentos (Por el Tec. Univ. Gustavo Chiriff – PCU/Frente Amplio)

En los dos años que va de gestión del actual gobierno la inflación tiene un acumulado del 19 %, en el marco de una suba de precios asociada en parte a la pandemia y en su mayor parte a la suba de combustibles. Si bien se puso la meta de converger hacia menores niveles inflacionarios, en línea con el objetivo anunciado de reducción del rango meta del Banco Central del Uruguay (BCU) para este año, en los dos primeros meses ya se alcanzó 3,28 % y los analistas pronostican un primer semestre del año con presiones al alza sobre el índice de precios del consumo (IPC).

El alza de precios en este ultimo año ha sido notoria, sobre todo en productos básicos de la canasta de alimentos, como lo son el aceite, la carne, el fideo, la harina y los huevos, que justamente son los que mayor porcentaje de incremento tienen, que sin dudas están fuertemente ligados al aumento del 36 % que en estos dos últimos años tuvieron los combustibles.

Los voceros del gobierno y la coalición refiriéndose al tema asociaron la situación local a las consecuencias de la invasión de Rusia a Ucrania, que elevó la incertidumbre en el mundo y los mercados y ha tenido como consecuencia una suba adicional del valor de los commodities con impacto sobre el precio de los alimentos.

Sin embargo, según el Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT, aseguro que el último dato oficial del IPC correspondiente a febrero mostró una suba de los precios de 8,85% en la medición de 12 meses, “bastante por encima del rango meta del gobierno y creciendo”, aun sin recoger completamente el impacto asociado “a la situación geopolítica”. Es decir que “previo a la invasión de Rusia a Ucrania y del impacto sobre el precio de los alimentos y el petróleo [en los mercados internacionales] ya teníamos una situación complicada en materia de precios internos”, consideró.

Si se quiere, desde el gobierno se podría amortiguar esta suba generalizada de precios, conteniendo los ajustes de las tarifas públicas y sobre todo el aumento de los combustibles. Pero los rangos metas de disminuir el déficit fiscal, a costa de que el peso caiga sobre los que menos tienen, protegiendo a los “mallas de oro”, hacen poco probable esta solución.

De seguir esta tendencia, en la suba de precios, la inflación se ubicará por encima del rango meta del BCU, que previó que a mediados de año pase de 3% a 6% (actualmente el techo se ubica en 7%). La proyección del gobierno contenida en la Rendición de Cuentas preveía una inflación al cierre de este año de 5,8%, lo que fue incorporado en la mayor parte de los convenios colectivo acordados en el marco de la novena ronda, que culminó hacia fines de 2021 y refería a acuerdos que vencieron a mitad del año pasado.

En este escenario se llegará a mitad de año con una inflación en el entorno de 9%, lo que traerá una nueva caída del salario real, que previo al alza de precios iba a tener una variación nula o levemente positiva, según algunos analistas económicos.

En el Uruguay de las perillas, se ajusta a los trabajadores con aumentos en tarifas y combustibles, suba de precios en los productos de primera necesidad, cero programas de vivienda y de empleo, sin embargo, todas las últimas acciones van a proteger al gran capital.

 

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