Un Frente Amplio a la altura de las circunstancias (Por el Téc. Univ. Gustavo Chiriff / 2001- Frente Amplio)

Desde hace un tiempo, las elecciones internas de nuestra fuerza política, la que define la dirección, tanto a nivel nacional como departamental, ha perdido su carácter de decisión estratégica, para pasar en términos electorales a ser una competencia de nombres. Sin duda que esto se debe a la coyuntura actual del FA, a un proceso que comenzó a mediados de la década del 90 y que continuo en los tres gobiernos del Frente Amplio y que también fue parte de la pérdida del mismo en el 2019. Si bien esta discusión se procesó en el VII Congreso reciente y aún sigue en distintas comisiones, la crítica y autocritica aún no se ha cerrado y esto en términos de perspectiva política no es bueno.

Esta elección deberá posicionar a la nueva dirección del FA en confrontación a las políticas regresivas de la derecha, generando perspectiva de cambios reales, reformulando el proyecto de país que expresa la coalición de gobierno, en un nuevo proyecto político acorde con las actuales circunstancias, que reconstruya el relacionamiento de nuestra fuerza política con el tejido social organizado, que afiance los objetivos comunes.  La nueva dirección nacional deberá entender con mayor profundidad las realidades de los interiores de nuestro país, porque no hay un solo interior, hay distintas realidades que se expresan según la idiosincrasia de los territorios y entender esto es necesario para poder desarrollar la mejor estrategia política de avance democrático.

Sin dudas que es necesario entender y comprender, cuales fueron los errores que nos llevaron a perder las elecciones, pero también debemos analizar las virtudes de quienes nos ganaron, sus métodos y estrategias y es en base a esto que debemos definir cuales son los grandes objetivos de la etapa que se inicia. Este 5 de diciembre no elegimos solamente un presidente, se elige un equipo de dirección y sobre todas las cosas un método de trabajo, que permita que nuestra fuerza política sea protagonista, en poder conducir al campo popular a redefinir que Uruguay queremos para cientos de miles de uruguayos y no esta propuesta de la coalición de derecha, que tiene un proyecto que solo beneficia a unos pocos miles, los llamados “mallas de oro”.

La primera gran batalla de esta etapa es poder derogar en el referéndum, los 135 artículos regresivos de la LUC, quizás es la madre de las batallas, por que podrá posicionar a todas las organizaciones sociales populares en una perspectiva de cambio y ahí el Frente Amplio debe tener la capacidad, no solo organizativa, si no también en la participación activa y militante, para poder lograr, que en este referéndum gane el sí.

Para esta etapa es que necesitamos una dirección nacional y departamental muy fuerte y que sepa orientar a nuestra fuerza política a los momentos trascendentales que nos tocara vivir, es por eso que remarcamos que esta es una elección en lo colectivo y no en lo individual. Particularmente en lo local, saber que ya estamos enfrentados a un bloque de derecha, que opera en su lógica de poder, en base a intereses corporativos, tratando de limar sus diferencias para constituirse en una alternativa multicolor electoral en lo departamental. También en Salto, nuestra dirección debe construirse en la mayor amplitud y unidad, para enfrentar esta ofensiva y para eso necesitamos de todos los valiosos compañeras y compañeros que tiene nuestro Frente Amplio, es por eso que este 5 de diciembre debemos como frenteamplistas participar en la elección de nuestra dirección nacional y departamental, para construir mas y mejor Frente Amplio.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *