Vuelo directo: se concretó la extradición desde Argentina del narco Luis Fernández Albín

Vuelo directo: se concretó la extradición desde Argentina del narco Luis Fernández Albín

Fue detenido en Buenos Aires el pasado 20 de noviembre. Este jueves arribó por aire a Montevideo.

Luis Fernández Albín, identificado como líder de la organización conocida como Los Albín y considerado uno de los principales colaboradores de Sebastián Marset, fue extraditado este jueves desde Argentina y arribó en horas de la mañana a la Base Aérea Nº 1, en Uruguay, según informó el noticiero Telenoche.

El imputado declarará en una causa que lo ubica como figura operativa central del narcotráfico regional.

Fernández Albín, conocido como el Flaco en el ámbito criminal, permaneció casi seis meses oculto en la ciudad de Buenos Aires hasta que fue detenido en un operativo solicitado por la Justicia uruguaya. La captura fue resultado de una investigación de la Policía Federal Argentina (PFA), con apoyo de información proporcionada por la DEA y coordinación judicial entre ambos países.

El extraditado está señalado como uno de los principales organizadores del intento de exportación de 2.000 kilos de cocaína con destino a Europa, cargamento incautado en agosto pasado en Punta Espinillo, durante la operación Nueva Era.

El traslado a Uruguay se realizó en una aeronave de la Fuerza Aérea Uruguaya y contó con un importante despliegue de seguridad. El operativo estuvo a cargo de la recientemente creada Unidad General de Operaciones Especiales (Digoe) del Ministerio del Interior, con apoyo de la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas (Dgrtid), la Dirección de Investigaciones de la Policía Nacional (DIPN), el Centro de Comando Unificado y la Dirección Nacional de Aviación Policial.

Durante su permanencia en Argentina, Fernández Albín llevaba una vida de bajo perfil en el barrio porteño de Flores. Residía en un apartamento ubicado en la avenida Rivadavia 6338, sexto piso, propiedad de un uruguayo con antecedentes por narcotráfico, según informó el diario Clarín. Mantenía una rutina discreta y evitaba actividades que pudieran llamar la atención.

Entre sus hábitos diarios se encontraba pasear a su perro bulldog francés, llamado Robertina. Durante el allanamiento del apartamento, los investigadores encontraron documentación veterinaria de la mascota, que luego de la detención, fue revisada por la División Canes y entregada a una persona de confianza designada por el propio Fernández Albín.

La PFA había iniciado en octubre un operativo de vigilancia que se extendió durante aproximadamente un mes. Dos brigadas integradas por ocho agentes en turnos rotativos, cámaras fijas y un dispositivo de rastreo GPS instalado en su camioneta Volkswagen Amarok —adquirida recientemente— permitieron monitorear sus movimientos sin que lo advirtiera.

Si bien aparentaba una vida solitaria, su esposa Khaterine la Chuna Quilimas Gularte viajaba con frecuencia desde Montevideo junto a sus hijas pequeñas. La mujer fue detenida días atrás en Uruguay, imputada por presunto lavado de activos.

De acuerdo con informes de la DEA, Fernández Albín ingresó a Buenos Aires el 27 de junio. A los investigadores les llamó la atención que figurara saliendo hacia Uruguay sin registros de un reingreso formal a Argentina, lo que refuerza la hipótesis de que utilizaba una identidad falsa para desplazarse sin dejar rastros.

La detención en Buenos Aires se concretó a partir de un pedido de extradición de Uruguay, con intervención del Juzgado Federal Nº 1 a cargo de la jueza María Servini, la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) y la Fiscalía.

En Uruguay, la fiscal de Estupefacientes Angelita Romano solicitó su captura en el marco de tres líneas principales de investigación: el intento de exportación de los 2.000 kilos de cocaína incautados en Punta Espinillo; el presunto lavado de activos provenientes del narcotráfico; y la organización de dos atentados, uno contra el Instituto Nacional de Rehabilitación y otro contra la fiscal Mónica Ferrero.

El ataque contra Ferrero ocurrió el 28 de setiembre, cuando dos personas ingresaron al patio de su vivienda en Montevideo, efectuaron disparos y detonaron una granada. La propia fiscal declaró posteriormente que no murió “por 15 centímetros”. La investigación sobre estos hechos continúa en curso.